La economía debe intensificar sus esfuerzos para la protección climática, incluso en estos tiempos difíciles. Esto es lo que subrayó el presidente del
Grupo Bosch , Franz Fehrenbach, en el congreso de sostenibilidad que se celebró el 25 de marzo en Stuttgart. La crisis económica y financiera actual no debería servir como excusa para reducir los esfuerzos en la lucha contra el cambio climático. Por el contrario, la "economía verde" ofrece también muchas oportunidades para superar la crisis. Según las palabras de Fehrenbach,
Bosch factura en estos momentos uno de cada tres euros con productos que protegen el medio ambiente y los recursos humanos. En el ejercicio 2008,
Bosch ha logrado una facturación de aproximadamente 45.000 millones de euros.
"La protección climática es también una cuestión de confianza" , recalcó el presidente de
Bosch . La industria alemana ha convertido este objetivo en uno de sus lemas principales y ahora, teniendo en cuenta la situación actual, no es el momento para enviar este objetivo a
"la lista de espera que reúne todas aquellas cuestiones a solucionar que esperan hasta que algún día alguien decida sacarlas a la luz" . Según la opinión de Fehrenbach, esto supondría una pérdida de confianza, más ahora, ante la crisis financiera prolongada en la que la economía no sólo ha perdido dinero sino que también mucha confianza. Pero, (según Fehrenbach) si la industria sigue persistiendo de forma consecuente y seria en la protección climática, ésta podría volver a ganar dinero y confianza.
Es importante desarrollar el coche eléctrico, pero también ahorrar ya energía en todas partes Fehrenbach no sólo fundamentó las oportunidades económicas de la ecología con estudios que pronostican un crecimiento importante de la tecnología ecológica. También hizo referencia en las cada vez más estrictas normas sobre emisiones y consumo energético en todo el mundo, incluso en los países emergentes.
"Esta globalización ecológica nos beneficia a todos" , dijo el presidente del
Grupo Bosch . Como ejemplo, no sólo nombró los sistemas eficientes de accionamiento para el coche, también se refirió a los sistemas de aprovechamiento de las energías renovables, como la energía eólica, las energías geotérmicas, los colectores solares y la fotovoltaica; entre otras. Con este amplio portfolio de productos,
Bosch ya logró en 2008 una facturación de casi 1.000 millones de euros.
Bosch seguirá
"dando respuestas técnicas a cuestiones ecológicas" , describió Fehrenbach la filosofía de la empresa. Más del 40 por ciento del presupuesto dedicado a I+D, que en el ejercicio 2008 alcanzó una suma total de 3.900 millones de euros, se invierte en productos que protegen el medio ambiente y los recursos naturales. Un aspecto central en este sentido es la orientación de la política de innovaciones a largo plazo.
"Sólo de esta manera podremos convertir el coche eléctrico en una realidad, aunque sea en un futuro más bien lejano" , dijo Fehrenbach. Por eso exigió que, también ahora, ya se deberían aprovechar en todos los lugares todas las posibilidades de ahorro energético -ya sea mediante sistemas de calefacción que utilicen la técnica de condensación, o con el sistema automático start-stop para el coche.
Las plantas de Bosch quieren reducir las emisiones de CO2 en un 20 por ciento hasta el año 2020 Lo que vale la aportación de la economía a la protección climática se decide, según las palabras de Fehrenbach, en el mostrador de las tiendas. Desde 1990 se ha reducido considerablemente el consumo energético de los electrodomésticos, siendo la existencia media de estos productos de más de diez años. Si se sustituyen los aparatos antiguos por electrodomésticos modernos, se podría reducir la producción de gases que crean el efecto invernadero en un seis por ciento, es decir, en lo que se ha comprometido la Unión Europea al firmar el Protocolo de Kyoto.
"Todos nuestros sectores albergan un gran potencial de ahorro energético" , dijo Franz Fehrenbach,
"pero sólo podremos implementarlos, si convencemos a los consumidores de que los elevados costes de compra se compensan con la reducción de la factura energética" .
Bosch también intensifica los esfuerzos dirigidos al ahorro energético en su propia empresa. Por ejemplo, la nueva sede central de Bosch China en Shangai cubrirá la mitad de sus necesidades de calefacción y refrigeración a través de las energías del subsuelo. En emplazamientos como Murrhardt o Reutlingen, en Alemania, ya se han instalado instalaciones fotovoltáicas.
Bosch quiere reducir las emisiones de dióxido de carbono en un 20 por ciento hasta el año 2020, tomando como referencia el año 2007.
"Esto no son sólo palabras bonitas acerca del futuro" , subrayó Fehrenbach,
"durante un control anual hacemos un seguimiento de las medidas que se toman en este sentido" .
En la economía sostenible,
Bosch hace extensible la responsabilidad de la empresa a sus colaboradores y a la sociedad. Tal y como explicó Fehrenbach, la empresa apuesta, también en los tiempos de dificultades económica, por sus programas de formación de personal diseñados a largo plazo, tanto para aprendices, como para ejecutivos y doctorados.
Bosch fomenta la compatibilidad de familia y profesión a través de más de 100 variantes de empleo de tiempo parcial.
Bosch no sólo se enfrenta a la falta de personal especializado a través de un marketing de RR.HH. Como miembro fundador de la "Wissensfabrik Deutschland" (Institución para la ayuda en la enseñanza),
Bosch ya ha firmado más de 50 contratos de formación con institutos de enseñanza media.
"De esta manera se logra asegurar nuestra permanencia a largo plazo" , expuso Franz Fehrenbach, para luego finalizar su discurso con una pregunta acerca de la protección climática:
"¿Quién va a hacer realidad nuestros ambiciosos objetivos acerca de la reducción de las emisiones de dióxido de carbono para la protección climática, si no lo hacen los ingenieros y científicos de mañana?" .