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    11 May '09

    El césped artificial aflora en primavera

    Alternativas para jardinería y paisajismo

    "De esta primavera no pasa ¡Por fin vamos a arreglar el jardín!". Es una afirmación muy común que hacemos en esta época del año al comprobar que el estado real de nuestro jardín no es el deseado. Y es que, muchas personas carecen del tiempo suficiente para el cuidado que merece el césped natural, o prefieren dedicar éste a otras actividades. En estos casos, el césped artificial supone una solución más que acertada, cuyos resultados sorprenderán a propios y extraños. También es un recurso perfecto en zonas donde, debido a las restricciones de agua u otros factores ambientales, el césped natural es difícil que crezca o el mantenimiento es demasiado poco práctico. La primavera es un buen momento para dar el paso y llevar acabo la instalación.

    Pero las potencialidades del césped artificial no quedan ahí. Ofrece muchos otros usos domésticos -como en terrazas y balcones, áticos, piscinas, patios interiores o tejados- o puede incluso combinarse con el natural. Y en los espacios público y abiertos, hace más atractiva la imagen de la ciudad. En este sentido, las aplicaciones son infinitas: jardines, parques, plazas, medianas, rotondas, tranvías... El césped artificial no sólo dota el espacio público de un encanto permanente, también reduce drásticamente los gastos de mantenimiento. Además es una superficie de larga durabilidad, por lo cual constituye una inversión rentable a largo plazo.

    Por situaciones como estas, el sintético ha conseguido abrirse un importante nicho de mercado en todo el mundo, algo a lo que ha ayudado el hecho de que en la actualidad no existan pavimentos que reúnan sus características y calidades. No en vano, según fuentes del sector, las ventas en Europa de césped artificial de la línea landscape han experimentado un ritmo de crecimiento del 20% en los últimos años, lo que refleja que los consumidores e instituciones están cada vez más convencidos de las posibilidades de este material.

    Sin embargo, existen algunos detractores del césped artificial que discuten su utilización en el mundo de la jardinería y el paisajismo. Para Enric Majó Prats, técnico en Jardinería y director gerente de una gran marca de césped sintético como Verdalia, estas opiniones adversas responden principalmente a un error en la concepción del producto. "Hemos de empezar a ver y a entender el césped artificial, no como un sustituto del césped natural, sino como una alternativa, una concepción distinta de pavimento", apunta Majó.

    En España el césped artificial también ha vivido un auge sin precedentes en los últimos años. A juicio de Majó, en este país se produjo "una sobreutilización del césped natural de forma incomprensible y más teniendo en cuenta que el nuestro es un clima mediterráneo". Conseguir grandes extensiones verdes comparables a las de los países del norte de Europa quizá sea un error teniendo en cuenta las limitaciones de este clima y del agua. Por ello, ante este panorama, la grama sintética ha encontrado su sitio. "Nosotros equiparamos el césped sintético como un producto ideal para sustituir pavimentos, asfaltos... No me imagino un parque de césped sintético, igual que no me lo imagino sin césped natural. El césped artificial es un elemento más, que complementa a la hora de diseñar las ciudades y espacios verdes, como lo son las plantas, los áridos, cauchos, maderas", explica el responsable de Verdalia, asociada a la compañía Poligras Ibérica. "Es otro concepto de pavimento, aunque sí que es cierto que en muchos casos aporta sensaciones parecidas a la hierba natural", concluye Majó.

    En esta aportación de nuevas alternativas surge el césped artificial de colores. El Bermuda Urban Design de Verdalia es un referente de esta gama en el mercado español. "Cuando los profesionales comiencen a integrar el césped artificial de colores como un nuevo elemento, dentro de la paleta de materiales a los que recurrir, podremos ver resultados espectaculares y creadores de nuevas tendencias en jardinería". Lo dice el paisajista e interista Pablo Sánchez Téllez, quien augura un futuro prometedor a esta línea de productos, cuyos resultados son "rompedores", asegura.

    Artificial pero ecológico

    Las exigencias y la responsabilidad en el cuidado del medio ambiente sitúan el ahorro del agua como una de las principales prioridades en el sur de Europa. En este contexto, el césped artificial supone un importante reductor del consumo de agua, bien cada vez más preciado y escaso. Parece contradictorio que un producto artificial tenga un componente ecológico. Sin embargo, los beneficios que aporta su utilización así lo demuestran. Además de restringir de forma drástica el riego, evita la aplicación de productos químicos de tratamiento (plaguicidas, fertilizantes, herbicidas o funguicidas) y no genera residuos durante su vida útil, que puede llegar a superar los 15 años. Y en jardinería y paisajismo, al no requerir apenas de mantenimiento ni máquinas cortacésped, la emisión de gases a la atmósfera es de cero.

    De forma equívoca, en ocasiones se afirma que el césped artificial es un residuo altamente contaminante y cuya eliminación es muy problemática. La realidad es bien distinta. Actualmente las fibras de calidad son reciclables en un 100% gracias a las innovaciones e investigaciones desarrolladas. Además, es un producto inocuo. Todos los estudios y pruebas de laboratorios realizados demuestran que es inofensivo para la salud humana y las últimas generaciones de césped artificial han dejado de provocar quemaduras cutáneas.

    En cuanto a la temperatura, el césped artificial registra niveles más elevados si lo comparamos con el césped natural, pero en jardinería la no utilización de caucho reciclado ha conseguido igualarlos a los de otros pavimentos duros. Pero como ocurre en todos los sectores, en el mercado existen productos sin la calidad suficiente que no reúnen las características técnicas que garanticen los principios expuestos. Por ello, siempre es recomendable la utilización de producto homologado, controlado y con garantías por escrito.

    Cuestión de calidad

    Precisamente la cuestión de la calidad es fundamental a la hora de confiar un proyecto a una empresa. Existen muchas opciones disponibles en el mercado, pero "es fundamental encontrar una empresa que ofrezca seguridad, confianza y profesionalidad", subraya Alejandro Kumenius, director comercial de Verdalia. A pesar de la competencia, al final el cliente "se acaba posicionando con las empresas especializadas del sector que son serias y que ofrecen garantías, como es el caso de Verdalia", puntualiza.

    No existe ningún producto que dure toda la vida y el césped sintético no es ninguna excepción. La duración dependerá del uso; en jardinería de ocho a diez años con garantías por escrito. Hay que recordar que el mantenimiento del césped artificial es parecido al mantenimiento de otros pavimentos y muy inferior al mantenimiento del césped natural. Sin necesidad de cortar, resembrar o regar. Tampoco hay que estar pendiente de los insectos. Además de la comodidad que este bajo mantenimiento supone, otra consecuencia directa es el ahorro de costes y de agua.

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