Desde la antigüedad, el hombre ha venido utilizando la cerámica como piel para la edificación. Una piel que, además de proteger, embellece y decora y que ha estado presente, de alguna forma, desde los primeros asentamientos de la humanidad -con el empleo de la arcilla en la construcción de los primeros hornos- hasta la actualidad, en la que la pujante industria cerámica de pavimentos y revestimientos ha demostrado que las innovaciones en el sector surgidas de la moderna tecnología, pueden prestar un excelente servicio en condiciones físicas y químicas muy agresivas.
La amplia gama de productos cerámicos existente hoy en día en el mercado está motivada por las múltiples utilidades de éstos, ya que su campo de aplicación se ha visto ampliado en los últimos años pasando de un uso exclusivo en revestimientos y pavimentos de baños y cocinas, a su empleo como revestimiento exterior en fachadas o pavimento exterior en terrazas, sin olvidar su aplicación en pavimentos y revestimientos de locales públicos como hospitales o escuelas, entre otros.
Sin embargo, la calidad de un recubrimiento cerámico, no depende sólo de las características técnicas de las baldosas, sino también de la idoneidad de su uso, de la calidad y capacidad de los productos empleados en su fijación, de la correcta elección del método de trabajo y de una adecuada ejecución de las obras de colocación.
Soportes horizontales y soportes verticales El soporte, está normalmente formado por elementos constructivos horizontales, verticales o inclinados de diferentes características, que condicionan el diseño del sistema de recubrimiento cerámico. La característica de mayor importancia de un soporte, en relación con su posible recubrimiento, es su estabilidad tanto dimensional, como físico-química.
Se puede establecer como clasificación primaria de los soportes aquella que los divide según su disposición relativa al plano horizontal.
De esta manera, se pueden encontrar soportes horizontales -soleras y forjados de hormigón, forjados metálicos y de madera y baldosas cerámicas- y soportes verticales, como muros de ladrillo o de bloques, tabiques de ladrillo y de cartón, yeso, placas y paneles de yeso o de madera, superficies pintadas, azulejos y ladrillos vidriados, entre otros.
Los revestimientos cerámicos de paredes (alicatados), y los de suelos (solados) pueden sufrir fisuraciones, motivadas por una serie de causas relacionadas con el soporte, el material cerámico o la elección equivocada de las técnicas de colocación.
Aparición de fisuras en alicatados y solados Alicatados El motivo principal de las fisuras en alicatados suele ser el asentamiento o desplazamiento del soporte, o los huecos que quedan bajo las piezas cerámicas cuando se ha colocado el adhesivo por puntos. Asimismo pueden aparecer en zonas donde confluyen elementos estructurales con no estructurales (por ejemplo pilares con hojas de fábrica de separación), los diferentes movimientos de ambas partes hacen que se produzcan tensiones con fisuración.
La prevención adecuada pasa por reducir los movimientos del soporte, disponer juntas de movimiento en los encuentros del pilar con los elementos verticales -ya sean divisorios como de cerramiento- y descartar el sistema de colocación por puntos.
Solados Las fisuras en solados pueden presentar muy diversas formas y deberse a múltiples causas, las más habituales son:
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Fisuras en baldosas aisladas, en esquinas y centro. La causa principal es la colocación del adhesivo por puntos, que hace que la baldosa tenga un falso apoyo, también pueden aparecer por un fraguado demasiado lento del adhesivo (las cargas de tráfico actúan antes de que haya endurecido suficientemente el adhesivo), y por último, también pueden deberse a accidentes puntuales, como la caída de objetos duros y pesados sobre el revestimiento.
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Fisuras siguiendo una línea que coge varias baldosas. Lo más probable es que sean debidas a problemas estructurales del soporte el cual debido a las cargas a que esté sometido, flecha demasiado y puede dar lugar a roturas y fisuras.
Otra posibilidad puede ser que el soporte sea demasiado compresible, y se deforme demasiado como las láminas de polietileno usadas para disminuir el ruido de impacto.
Por último, este tipo de roturas puede ser debido a no haber respetado juntas de movimiento, por lo que si se produce un cambio térmico, el soporte tendera a abrirse, y el revestimiento cerámico se partirá.
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Fisuras generalizadas sin dirección preferente. Las fisuras se forman aleatoriamente en toda la superficie del revestimiento, siguiendo formas que pueden ser poligonales de varias direcciones.
Este tipo de fisuras suelen ser debidas a problemas en las capas inferiores de regularización y nivelación del soporte. Muchas veces se utilizan productos inadecuados para este uso, o si son adecuados, su aplicación no es correcta, las fisuras que se forman en este tipo de capas después se reflejan en el revestimiento cerámico.
Figura 1: Fisuras aisladas consecuencias de impactos.
Figura 2: Fisuras longitudinales sobre baldosas aisladas consecuencia de cargas dinámicas y estáticas que superan la resistencia mecánica del sistema de pavimento cerámico.
Figura 3: Rodaduras que provocan impactos sobre baldosas que sobresalen del plano del solado (cejas, alabeos y curvaturas laterales).
Soluciones preventivas Con objeto de conseguir disminuir el riesgo de la aparición de lesiones como las que se han comentado, se dan a continuación una serie de indicaciones de buena ejecución:
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Evitar la colocación de las piezas cerámicas por puntos. Se debe cubrir el 100% del reverso de las piezas con el adhesivo, evitando que queden zonas huecas. Se debe comprobar el sonido a hueco del revestimiento, una vez colocado.
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Dejar holgura entre la terminación de los alicatados verticales y los cercos de las puertas, para evitar que estos “agarren” el alicatado y le impidan moverse. Se debe esperar el tiempo suficiente (normalmente 28 días) después de realizar los enfoscados, para colocar el revestimiento cerámico. De esa forma el enfoscado ya habrá endurecido y retraído lo suficiente.
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Evitar alicatar directamente encima de fisuras del enfoscado o de juntas entre paneles (por ejemplo de cartón-yeso). Antes de alicatar es necesario sellar esas juntas o fisuras con algún tipo de masilla elástica o cinta flexible.
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Utilizar materiales adecuados para las capas de regularización de las soleras. No se deben utilizar productos con mucha retracción y que tiendan a fisurarse.
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Estabilidad estructural de los soportes. Los soportes verticales no deben sufrir asentamientos. Los soportes horizontales no deben sufrir flechas mayores de las autorizadas por la normativa. En caso de grandes luces se puede recurrir a capas desolidarizadas, para disminuir el efecto de la flecha sobre el pavimento cerámico.
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Respetar las juntas de la solera y realizar juntas en el revestimiento cerámico. Todas las juntas de la solera deben hacerse coincidir con juntas en el propio pavimento cerámico. A su vez, en este se deben crear juntas cada 5x5 m².
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Utilizar adhesivos y productos de rejuntado adecuados. La elasticidad del adhesivo es un factor importante para no inducir tensiones entre el soporte y la pieza cerámica.
Las fisuraciones en alicatados y solados aparecen por diferentes motivos relacionados con todos los actores que toman parte en la colocación de un pavimento o revestimiento cerámico. La existencia en el mercado de materiales cerámicos y productos adhesivos de buena calidad y la disponibilidad de una variada gama de técnicas de colocación, no aseguran por sí mismas el máximo rendimiento de estos pavimentos y revestimientos cerámicos. Es necesario combinar correctamente todos estos elementos para llegar a obtener un óptimo rendimiento.