INIA y
ANEPROMA pidieron en el 41 Congreso del IRG -International Research Group on Word Protection-, celebrado en Biarritz (Francia) de 9 a 13 de mayo, que se tenga en cuenta la presencia de insectos xilófagos en el arco mediterráneo a la hora de diseñar las normas europeas sobre protección de la madera.
Maite de Troya, responsable del área de protección de la madera en el
INIA - Instituto Nacional de Investigación y Tecnología Agraria y Alimentaria- y socia de honor de
ANEPROMA -Asociación Nacional de Empresas de Protección de la Madera-, ha estado colaborando con el IRG casi desde su creación. Y asiste a sus congresos internacionales desde que en 1988 se celebró uno en Madrid.
Este año, en la 41ª edición del evento, Maite de Troya ha dirigido en Biarritz, en coordinación con
ANEPROMA , una exposición de la situación del mundo de la protección de la madera en España y los demás países mediterráneos. De hecho, presidió la sesión. Ella misma expuso el caso español, al que siguieron ponencias sobre Italia, Eslovenia, Croacia y Francia.
En Biarritz se habló sobre cómo evoluciona la investigación sobre la protección de la madera en los organismos públicos de los citados países, en la universidad, empresas y centros tecnológicos, y de cómo los gobiernos y distintos sistemas de normalización influyen en esta actividad industrial.
Distingue al arco mediterráneo un problema que, a pesar de estar contemplado en las normas del Comité Europeo de Normalización, no es tenido en cuenta a muchos niveles: son los insectos inherentes al clima mediterráneo, que viven y destruyen en mayor medida que las pudriciones.
"Debido a su climatología, los países mediterráneos padecen un problema añadido en cuanto a la protección de maderas, que es el daño producido por insectos xilófagos. En concreto, tenemos algo que decir sobre las termitas -afirma Maite de Troya-.
Es un factor determinante en nuestro entorno" .
Por otro lado, existe una presión muy importante sobre la directiva europea de biocidas. Crece la presión europea, las normas siguen su curso normal, pero la investigación sobre nuevos productos biocidas es muy cara. Y no digamos registrar un producto de este tipo en el mercado.
"Estamos educando a la sociedad española, a través de la iniciativa Construir con Madera, mediante masters, jornadas técnicas, seminarios, e incluso presencia en ferias. El CTE sopla a nuestro favor, y la influencia de la directiva de biocidas nos exige buscar formulados respetuosos con el medio ambiente -explica Maite de Troya-.
Trabajamos de la mano de ANEPROMA y bajo el paraguas de varios programas europeos y, por supuesto, del IRG. Pedimos que los productos biocidas sean respetuosos con el medio ambiente, que se invierta más dinero para la investigación para obtener esos productos y que las empresas se involucren y se abran a Europa un poco más" .
Jack Norton, Presidente del IRG: "Debemos informar más y mejor al usuario de la madera" IRG es una gran plataforma de reunión de técnicos y científicos especializados concebida para compartir y comparar información sobre la protección de la madera en todo el mundo. A partir de aquí, se han establecido numerosas colaboraciones entre profesionales y países, de trabajo conjunto con un fin común.
Actualmente componen el IRG trescientos miembros provenientes de 53 países. En Biarritz han celebrado su 41 Convención Anual; el año que viene aguarda Nueva Zelanda, sede de la próxima reunión.
"Todos nos conocemos -afirma Jack Norton, Presidente del IRG-,
cada año compartimos con los demás nuestras experiencias, lo que estamos haciendo y consiguiendo. Yo mismo, como australiano, estoy muy interesado en conocer qué se está haciendo en Europa o en América. Los problemas locales son muy diversos, pero a todos nos conciernen y nos conviene estar informados y aportar nuestra visión propia" .
Este foro de discusión no genera conclusiones ni decisiones vinculantes, aunque sí emana opiniones, algunas generalizadas, como la importancia que tiene y tendrá informar más y mejor al usuario de la madera.
"Nosotros sabemos que la madera es un material ideal, conocemos cómo hay que tratarse y emplearse para que nos ofrezca el máximo de sus prestaciones, pero el mundo no lo sabe" , afirma rotundo Norton.
En general, las personas temen a los productos derivados de la industria química.
"Es paradójico, porque gracias a la química hoy podemos vivir mejor y durante más años -afirma Jack Norton-.
A la madera le sucede lo mismo. Si unimos su durabilidad natural a un tratamiento correcto, y además diseñamos adecuadamente, estamos garantizando una dilatada longevidad, con calidad de servicio. La química no es mala -sentencia-,
lo malo es su uso indebido" .