Onduline , empresa especializada en la construcción de materiales para la impermeabilización y aislamiento de cubiertas inclinadas, ha visto superadas sus mejores expectativas de comercialización con la nueva
BT-150 Plus , de la que se han agotado las existencias en apenas dos meses y ha obligado a la empresa a aumentar su producción para atender la demanda.
El especial diseño de la onda en la
BT-150 Plus aporta gran resistencia a las placas frente al pisado durante su colocación, lo que permite al instalador trabajar de forma ágil y segura.
La
BT-150 Plus es fruto de la incesante labor de I+D+I de
Onduline , que incorpora mejoras continuas en cada una de sus gamas de productos y sistemas.
Esta nueva placa está formada por ondas de solo dos centímetros de altura y que cuentan con un diseño que potencia su verticalidad. Esta característica es la que aporta gran resistencia al pisado y permite que su instalación sea fácil y segura.
La nueva placa presenta, además, la ventaja de ser apta tanto para la mayoría de tejas curvas como para tejas con encaje -mixtas, planas y de hormigón- utilizada junto al listón
Onduline. Las ventajas que aporta la
BT-150 Plus vienen a sumarse a las ya conocidas de los sistemas
Onduline , como impermeabilidad, ventilación, ligereza y flexibilidad. Todas estas características, especialmente su ligereza -pesa sólo 3 Kg/m²- hacen de los sistemas
Onduline especialmente apropiados para proyectos de rehabilitación, como es el caso de edificios antiguos, monumentos históricos, etc., en los que además permite recuperar las tejas existentes manteniendo su estética original.
Rehabilitación de un convento en Salamanca Un reciente ejemplo de esto es la rehabilitación de la cubierta del Convento de las Agustinas de Salamanca (siglo XVII), en donde la nueva placa
BT-150 Plus de
Onduline ha sido utilizada para la impermeabilización de su cubierta.
Declarado Monumento Nacional, el Convento de las Agustinas fue construido por el conde de Monterrey frente a su palacio para dar retiro a su hija, monja agustina, tras la destrucción del convento antiguo de la orden por una riada. Las obras se iniciaron en 1636 y finalizaron en 1687.
De aire italiano y estilo barroco, en su interior se encuentra la iglesia de la Purísima, de planta de cruz latina y bóveda de medio cañón. El templo es conocido por la cúpula octogonal situada en el crucero y por albergar varias obras maestras del arte barroco.
La rehabilitación de esta cubierta de 2.000 m², -ejecutada por la empresa salmantina Construcciones Marcos González e Hijos- requería de materiales ligeros y versátiles, que no sobrecargaran la estructura y se adaptaran al soporte existente. La obra ha consistido en el saneamiento y regularización del soporte, la instalación sobre él de la placa
BT-150 Plus y se ha finalizado la cubierta con la recolocación de la teja árabe existente.
El resultado es una cubierta nueva impermeabilizada y ventilada, en la que se han respetado los requerimientos estéticos que una edificación histórica de este tipo requiere.