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En los últimos años, un amplio sector de arquitectos nacionales e internacionales, vienen apostando por tonalidades neutras y básicas, tales como el negro, gris o blanco para vestir las fachadas de sus proyectos. Debido a esta tendencia, se ha experimentado un crecimiento exponencial en las edificaciones con estas gamas de ladrillo, siendo el Blanco Ártico el destacado en este auge. Y es que las combinaciones materiales, cromáticas y estructurales se tornan aun mayores cuando la versatilidad de un producto ágil, resistente al paso de los años y de un blanco puro característico de las arcillas que componen los productos de La Paloma Cerámicas lo permite.

Uno de los elementos característicos de la fachada del Hospital de Lliria, es la utilización del ladrillo cara vista klinker Blanco Ártico para crear celosías, sustituyendo materiales como la madera o el aluminio (habituales en este tipo de estructuras), obteniendo así una continuidad arquitectónica lógica.

Según palabras del propio arquitecto, "la imagen del hospital proyectado es la de un edificio abierto, con un carácter mediterráneo, con las mejores orientaciones y vistas. Un edificio con elementos de graduación entre interior y exterior, pérgolas, patios, zonas protegidas de sombra, que generan estancias en el entorno próximo del hospital y que resulta accesible a nivel".