El Hotel Ohla, obra del estudio de arquitectura Alonso & Balaguer, es en realidad el proyecto de la rehabilitación integral de un edificio situado en la Vía Layetana de Barcelona, y la transformación de la antigua medianera, que quedó frente la calle Comptal como espacio residual, en una plaza. Dos fachadas que ofrecen puntos de vista distintos del hotel, resueltas ambas con ventanas Unicity de
Technal. El nuevo Hotel Ohla ocupa un edificio construido en los años 20 en Barcelona que, a lo largo de los años, ha ido sufriendo diversas modificaciones, tanto de usos como estructurales. La primera fue poco después de la finalización del edificio, que pasó a ocupar uno de los primeros grandes almacenes de la ciudad, Can Vilardell. Posteriormente, en los años 80, se trasladó la comisaría de policía de Barcelona, momento en el que el edificio sufrió más transformaciones, destruyendo gran parte de la estructura original de las primeras plantas, y abandonando las plantas superiores.
El proyecto realizado por Alonso & Balaguer logra redistribuir las plantas del edificio definiendo 72 habitaciones y una gran suite ubicada en la cúpula. En la planta baja, el altillo y el primer sótano se ubica la zona pública y servicios como un restaurante, mientras que el segundo sótano se destina a aparcamiento. Pero para los arquitectos la parte más intrigante del proyecto se encuentra en el diálogo que se establece entre las dos fachadas. Por un lado la existente, sobrecargada, de claro estilo francés, donde el proyecto de rehabilitación ha obligado a sustituir las carpinterías existentes por las ventanas Unicity de
Technal . Y por el otro, la nueva fachada, oscura y sencilla, con el dibujo geométrico y ordenado de ventanas verticales Unicity de color antracita. Esta ventana practicable rememora por su estética las antiguas carpinterías de chapa de acero plegada con un perfil con mínima masa vista. A la vez, aporta una gran mejora el confort en el interior de las habitaciones del hotel, reduciendo el ruido exterior a 20 dB, y en un 55% las pérdidas térmicas con respecto a una ventana simple.
A este elemento común, se le une la fuerza expresiva que otorga la contribución del artista Frederic Amat con sus esculturas que decoran ambas fachadas del hotel como si se tratase de un ejercicio de acupuntura constructiva.