Los materiales cerámicos, azulejos y pavimentos, orientan sus esfuerzos a la generación de soluciones para el hábitat sostenibles y respetuosas con el entorno. Ya desde su origen, la cerámica es un material sostenible. Las materias primas que forman las baldosas cerámicas provienen de la tierra (la arcilla) que, junto al agua y el fuego de la cocción, componen un producto natural y de alta calidad.
Sus propiedades intrínsecas hacen de los recubrimientos cerámicos un material sostenible y cuyo uso aporta una mayor eficiencia energética: durabilidad, resistencia, versatilidad, bajo gasto de mantenimiento, facilidad de limpieza, material aséptico e inerte, resistencia al fuego y las radiaciones solares, etc.
En este sentido, siguiendo las directrices de la arquitectura bioclimática y gracias a los constantes desarrollos de la industria, las aportaciones de los materiales cerámicos al ámbito de la edificación sostenible son en la actualidad numerosas:
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Fachadas ventiladas: los recubrimientos cerámicos tienen un gran potencial como material para fachadas ventiladas debido a sus ventajas técnicas. Además, el sistema constructivo de fachada ventilada con baldosas cerámicas constituye una solución idónea para la rehabilitación energética de los edificios. A esto se puede añadir que sus características estéticas permiten multiplicar las posibilidades creativas y personales de los proyectos, gracias a la variedad de formatos, la amplia paleta cromática y la multitud de acabados que ofrece.
• Sistemas con baldosas
cerámicas radiantes: el sistema de suelo radiante consiste en convertir todo el suelo en un gran panel emisor de calor radiante a baja temperatura (25°C a 29°C). Un elemento calefactor integrado bajo el pavimento, sirve como fuente de calor perfectamente controlado por un termostato de ambiente que mantiene la temperatura que previamente se haya seleccionado en el mismo. Las ventajas de este método son el calor "limpio" que ofrece, sin movimientos de aire que levanten polvo; no reseca el ambiente como otras formas de calefacción; distribuye homogéneamente la temperatura; o mejora el aprovechamiento del espacio. Por otro lado, los pavimentos cerámicos son uno de los materiales que mejor comportamiento tienen cuando se utilizan combinados con sistemas tradicionales de calefacción radiante.
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Suelos sobreelevados para cubiertas planas: utilizando este tipo de suelo se consiguen diferentes ventajas. Por una parte, se evita una insolación directa sobre la cubierta real del edificio. Además, en el interior de la cámara se produce la circulación del aire caliente, que tiende a ascender a través de las juntas, evitando que se recaliente el soporte y, por tanto, el interior. Colocados en azoteas, la sombra que produce el revestimiento cerámico sobre el techo de la vivienda conlleva una reducción en las ganancias solares durante todo el año.
• Sistemas de
colocación en seco: como un puzzle. Así de fácil puede llegar a ser la colocación de un pavimento cerámico, ya que este sistema permite colocar las baldosas mediante el ensamblaje de las piezas a través de diferentes sistemas de fijación y unión, sin necesidad de adhesivos ni obras. El resultado es la pavimentación perfecta de cualquier espacio en cuestión de horas y total transitabilidad, incluso durante su colocación. Ideal para pequeñas reformas. Se consigue por tanto un ahorro de tiempo, y una reducción de escombros generados.
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Revestimientos delgados: los recubrimientos cerámicos reducen su grosor llegando incluso hasta los 3 mm, todo ello manteniendo sus elevadas prestaciones técnicas. Las cerámicas delgadas son mucho más ligeras (pesan hasta la mitad) y versátiles. Su principal contribución a la sostenibilidad redunda en que suponen una reducción del 50% en el consumo de materias primas, se consume menos energía en su fabricación, necesitan menos espacio en fábricas y almacenes y su transporte también es más eficiente. Por otro lado, facilitan la rehabilitación y reforma de espacios puesto que pueden colocarse encima de los paramentos existentes sin tener que generar escombros.
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Celosías: regulan la insolación de los espacios interiores permitiendo la ventilación. Además, permiten la regulación de la luz consiguiéndose notables ahorros en la refrigeración interior de la habitación donde se encuentran. Todo ello sin olvidar que nos ayudan a crear estupendas áreas de transición entre espacios públicos y privados, y agradables sombras que habitar.
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Superficies activas: las superficies activas son aquellas que incorporan alguna tecnología con actividad positiva con el entorno donde se ubican. Algunos ejemplos concretos son: BIONICTILE® desarrollada por Ceracasa, que está siendo toda una revolución en la arquitectura sostenible. Según distintos estudios realizados por la Fundación CEAM y la Universidad Politécnica de Valencia, un metro cuadrado de esta superficie puede llegar a descontaminar hasta 250 microgramos/hora de los perjudiciales óxidos de nitrógeno (NOx) y retirar hasta el 74% de ácido nítrico (responsable de la lluvia ácida) del aire de nuestras ciudades. También la marca Ceracasa ha desarrollado Ecom4tile un pavimento que puede llegar a ahorrar más de un 16% en la factura eléctrica de un hogar medio -casi el coste de dos meses de la energía usada en la climatización- gracias a los nanoacumuladores de energía que incorpora.
Otro innovador ejemplo ha sido desarrollado por Inalco con su sistema CleanSystem, una protección duradera frente a la suciedad, la humedad y la grasa que reduce notablemente el consumo de agua y detergentes necesarios para la conservación y limpieza del producto. En este sentido también destacan las superficies autolimpiables desarrolladas por Keraben que han dado como resultado la línea Lifeker, que gracias a un recubrimiento formado por nanopartículas de dióxido de titanio, confiere a la baldosa un efecto fotocatalítico, es decir, que reacciona con la radiación ultravioleta del sol, produciéndose una oxidación que destruye la materia orgánica en contacto con la superficie. Otra propiedad es su efecto hidrófilo, que da lugar a una reducción del ángulo de contacto del agua con la superficie, da manera que en lugar de gotas, el agua forma una lámina que evita la suciedad y facilita la limpieza.
Las innovaciones de las empresas del sector español en esta línea son constantes, de hecho es la industria líder en este tipo de desarrollos.
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Cerámica fotovoltaica para fachadas y suelos: la sensibilidad actual hacia las energías renovables ha tenido su reflejo en el sector cerámico, que ha propuesto sistemas que permiten integrar células fotovoltaicas en el exterior. De este modo, la fachada ventilada adquiere una nueva dimensión, multiplicando las ventajas de este elemento estructural: ahorro energético y cuidado medioambiental, todo ello con el rendimiento económico que supone la generación de energía eléctrica y su introducción en la red. Son diversas las marcas que han desarrollado productos en esta línea como TAU y Porcelanosa. Esta última junto con Onyx Solar ha diseñado un nuevo sistema de suelo técnico fotovoltaico.
Todas estas aplicaciones hacen de los pavimentos y revestimientos cerámicos una opción responsable y útil a la hora de elegir los materiales para tu casa. Respeto por el medioambiente y diseño se mezclan en las baldosas de nueva generación, que se adaptan a las nuevas necesidades del hogar.