El pasado 28 de octubre, el mítico Teatro Bolshoi de Moscú reabrió sus puertas tras varios años de restauraciones. Las obras de rehabilitación, que han costado 21.000 millones de rublos, unos 500 millones de euros, han servido para devolver al Teatro el aspecto que tenía en 1856.
Uno de los principales propósitos de los restauradores ha sido que la acústica del Teatro, que fue calificada como la mejor del mundo, recupere su prestigio. Para ello, los responsables de las obras han confiado en
URSA , la división de aislantes del
Grupo Uralita que fue seleccionada entre empresas de todo el mundo para llevar a cabo el aislamiento del Bolshoi.
La acústica genuina del recinto se había perdido por completo debido a las últimas reformas soviéticas en las que se utilizó hormigón armado. Para recuperarla, además de eliminar los añadidos de cemento, se ha utilizado el aislamiento PureONE, una lana mineral blanca de alto rendimiento, resistente al fuego y que contribuye a mejorar notablemente la calidad del aire interior de los edificios en los que se instala. Se trata de un material de origen natural, cien por cien reciclable y que ofrece importantes ventajas para el aislamiento térmico y acústico.
Sobre este aislamiento, se han colocado unos paneles de madera del "abeto de la resonancia" iguales a las originales que se emplearon en 1825 y que dotan al sonido de un timbre único.
Ekaterina Saburova, responsable del departamento de Marketing de
URSA Rusia , ha manifestado que ha sido un gran honor para la compañía
"participar en este gran proyecto de rehabilitación y sumar esfuerzos para devolver al Bolshoi su calificación de teatro con la mejor calidad de sonido del mundo" .
Además de la restauración de la sala principal de conciertos, el espacio del Teatro se ha duplicado. Se ha construido una sala de conciertos subterránea con una profundidad de 20,5 metros y una capacidad para 330 espectadores. Por su cercanía al metro, esta sala, denominada Beethoven, ha tenido que ser especialmente aislada para protegerla de la vibración de los trenes.
Las obras de restauración del Teatro Bolshoi comenzaron el 1 de julio de 2005 y durante estos 6 años y medio han trabajado en la obra más de 3.000 personas.
Por su complejidad y la ambición que ha representado este reto, este proyecto se ha convertido en uno de los más importantes para la compañía.
"Nuestro trabajo se basa en la amplia experiencia profesional en la implantación de soluciones acústicas con materiales de URSA y la pasión con la que trabajan nuestros equipos de profesionales" ha asegurado Saburova.