Las empresas dedicadas a la instalación de pavimentos de madera están obligadas a gestionar la recogida de residuos a través de un gestor de residuos autorizado, según refleja el Decreto Foral 312/1993, de 13 de octubre, de creación y normas reguladoras del Registro de pequeños productores de residuos tóxicos y peligrosos.
Para ello las empresas deben inscribirse en un registro de su correspondiente delegación de Medio Ambiente como "productor de residuos", contratar a un gestor autorizado y obtener su autorización de transportista de residuos peligrosos.
Además se deben identificar dichos residuos, y caracterizar cada uno de ellos por un código LER y unas tablas. Por último el gestor responderá con un documento de aceptación y procederá a su retirada. En todo caso se prohíbe el abandono de residuos peligrosos. Se considera delito ecológico y está sancionado.
"Para una empresa pequeña o un autónomo dedicado a nuestra actividad es complicado cumplir con estas normas -afirma Francisco Javier Aguado, presidente de
ANIP -.
Por ello, nuestra Asociación se puso en contacto con el departamento de Medio Ambiente del Gobierno de Navarra y se les propuso una gestión mancomunada de los residuos generados por las empresas asociadas" .
Su respuesta fue positiva y
ANIP procedió a alquilar una nave con patio adecuándola a las condiciones exigidas a tal fin.
Allí se recogen y clasifican residuos y restos de la actividad de los instaladores de parquet; tales como recipientes de barniz, disolvente, espumas de poliuretano y otro material contaminado (brochas, rodillos, bolsas, restos sólidos de barniz, etc.).
Además, amplió el servicio poniendo contenedores más grandes para la recogida de residuos no peligrosos como puertas, tarimas y parquets de derribo, botes, etc.
"Todo esto, lejos de ser un motivo de enfrentamientos, nos ha unido más que nunca -asegura el presidente de la
Asociación Navarra de Instaladores de Parquet -.
Ahora disponemos de una campa para la gestión de todos los residuos, donde también se ubica la sede de nuestra organización, que utilizamos para reuniones, charlas, formación y otros eventos" .
Lógicamente, esta iniciativa conlleva un leve incremento de la cuota de pertenencia a
ANIP .
"Pero los servicios lo merecen -concluye Francisco Javier Aguado-.
Prueba de esto es que no hay bajas, aun en medio de esta crisis. Se percibe entre los asociados más solidaridad y compañerismo. Estamos más cohesionados y sentimos satisfacción por cumplir las normas y colaborar con ello a la mejora del medioambiente. Estos valores nos ayudan a campear el temporal con otro talante. De hecho, animamos a otras asociaciones a desarrollar actuaciones similares y nos ofrecemos a ayudar y apoyar desde nuestra experiencia" .