SMA junto con Energía sin Fronteras, SunPower, Hidroeléctrica del Cantábrico, Iberdrola, Generalia, Praxia y Tudor mejoraron la calidad de vida de las muchas personas que habitan en una aldea de estudiantes, iluminándola con energía solar fotovoltaica y transformándola así en lo que ha pasado a llamarse Eco-Aldea. La instalación está formada por 216 paneles solares de 205 vatios cada uno que servirán para abastecer de energía a los centros de formación profesional de la Eco-Aldea, beneficiando directa e indirectamente a más de 4.100 personas. Entre los beneficiarios directos se encuentran los 100 estudiantes de la escuela de formación profesional y los más de 1.000 niños y 100 abuelas que allí residen, la mayor parte de ellos huérfanos a causa de la pandemia del Sida.
La instalación proveerá unos 45 kW de energía eléctrica. Esto es el equivalente a la energía necesaria para alumbrar un edificio de oficinas de 5 plantas de 1.200 m² por planta. Así, el campo solar suministrará energía a la escuela de formación profesional. Además, durante las 2 horas de descanso para comer y los fines de semana, la electricidad será destinada al bombeo de agua para la aldea (la instalación produce energía suficiente para bombear agua a razón de 74 m³/hora durante las horas de máxima insolación). En conjunto, la planta solar ahorrará más de 10.000 litros de diésel a la administración del lugar, lo cual significará más disponibilidad de fondos para servicios sanitarios, educativos y de creación de empleo, así como un fuerte compromiso por el cuidado del medioambiente.
Los equipos de
SMA utilizados para el proyecto son los inversores fotovoltaicos
Sunny Tripower 15000 TL-EE y
Sunny Island 6.0H , además de la
Sunny Island Multicluster Box y el equipo de monitorización
SMA Sunny WebBox . La combinación de estos equipos es ideal para abastecer zonas aisladas como la Eco-Aldea de Kitiu, donde los medios energéticos son escasos.
La aldea de Nyumbani fue fundada en 2005 por el ya fallecido padre Angelo D'Agostino, jesuita y médico de origen estadounidense. El lugar mantiene una organización casi autosuficiente para cubrir sus necesidades: residencia, alimentación y formación (enseñanzas primaria, secundaria y formación profesional) de un millar de niños, un centenar de abuelas que los atienden y personal sanitario, docente y de servicios del complejo.
SMA y Energía Sin Fronteras promueven de esta manera el uso de energías renovables en áreas aisladas y habitadas por comunidades vulnerables. La sostenibilidad del proyecto es un asunto prioritario para la ONG. Por ello, la administración de la aldea contribuirá conjuntamente al mantenimiento técnico y la supervisión de las instalaciones. El proyecto está financiado por
SMA y por las siguientes empresas: SunPower, Hidroeléctrica del Cantábrico, Iberdrola, Generalia, Praxia y Tudor.