El Instituto Tecnológico del Plástico (
AIMPLAS ) participa desde el pasado mes de febrero en el proyecto europeo Slipsafe para desarrollar suelos vinílicos antideslizantes incluso en condiciones de humedad. Además, también se diseñará un sistema para medir el desgaste y tratamientos para recuperar las propiedades antideslizantes.
Gracias a las nuevas formulaciones empleadas en las distintas capas de los suelos de vinilo, así como a innovadores procesos de producción que resulten fáciles de incorporar a nivel industrial, se espera poder controlar el deslizamiento del calzado sobre este tipo de suelos tanto en seco como en mojado de forma que se eviten accidentes. Además, todo esto permitirá obtener productos más duraderos y resistentes al desgaste y más fáciles de limpiar.
Concretamente, tal y como explica la investigadora principal del proyecto en
AIMPLAS Raquel Llorens, se trata de
"desarrollar nuevas formulaciones para el material base de los suelos que reduzcan el deslizamiento y mantengan las mismas propiedades de seguridad incluso cuando la capa superficial haya desaparecido" .
Medir el desgaste y recuperar las propiedades antideslizantes El proyecto también contempla el desarrollo de pruebas en suelos ya instalados que permitan medir la pérdida de las propiedades antideslizantes así como de tratamientos que hagan posible modificar la superficie de los suelos vinílicos para mejorar o recuperar las capas desgastadas por el paso del tiempo y el uso.
"Gracias a SlipSafe se diseñará un nuevo sistema de análisis que permita controlar las propiedades antideslizantes de los suelos obtenidos" , explica Llorens.
"Se desarrollará un protocolo aprobado por la Asociación Europea de Fabricantes para evaluar la fricción y durabilidad bajo condiciones de humedad y ambientes contaminantes" . Además, por tratarse de un nuevo tipo de suelo, se realizará el análisis del ciclo de vida para determinar su impacto medioambiental.
Slipsafe es un proyecto europeo dentro del Séptimo Programa Marco de 36 meses de duración y con un presupuesto de 2,7 millones de euros en el que participan un total de 12 empresas y centros tecnológicos de cinco países distintos: Alemania (GTE y Fraunhofer- ICT), Bélgica (EuPC y ERFMI), Gran Bretaña (SMITHERS RAPRA&PIRA y BPF), Eslovenia (PCS) y España (NANORIOJA, TEKNIKER, AVEP y AIMPLAS).