FECE , la Federación Española de Comerciantes de Electrodomésticos, solicita para el sector un Plan Renove de electrodomésticos, equivalente al conocido Plan PIVE del sector del automóvil. El sector viene acumulando unas pérdidas del 50% de su facturación en los años de crisis y el apoyo al mismo es clave para su supervivencia, y beneficia tanto al comercio como al consumidor, además de ser positivo también para la industria española por el aumento de actividad, medio ambiente y Administración Pública, que recuperaría lo invertido.
"El sector del electrodoméstico es un importante generador de actividad económica, con una potente industria y un amplio tejido comercial asociado, tractores de empleo directo e inducido, que debe ser tenido en cuenta por lo que ha sufrido en la crisis, y por el peso que tiene dentro de la economía española" recuerda José Prat, secretario general de
FECE. Según un estudio realizado por
FECE en colaboración con ANGED y ANFEL (patronales de Gran Distribución y Fabricantes), y presentado al Ministerio, el crédito empleado para el denominado Plan PRIE (Plan de Renovación e Incentivación de Electrodomésticos Eficientes), se recupera a corto plazo a través de los impuestos ligados al consumo, cuya recaudación aumenta al crecer las ventas en las tiendas. De igual forma, se generan ingresos públicos extras con el aumento del Impuesto de Sociedades relacionado con los mayores ingresos de comercios y fabricantes. Además, el I+D+i y la industria española se ven especialmente beneficiados, ya que esta industria en nuestro país, que emplea a más de 70.000 personas, produce en su mayoría aparatos de gama media-media alta, que cuentan con alta eficiencia energética, y un plan de este tipo se aplica a ese segmento de electrodomésticos.
El plan está pensado para el consumidor, que por los efectos de la crisis económica está aguantando con aparatos muy antiguos que inciden directamente en la calidad de vida y en la factura mensual. Estos aparatos son ineficientes y gastan más energía y agua, lo que afecta a la economía doméstica, además del medio ambiente. España tiene una demanda embalsada de un millón de aparatos al año desde que empezó la crisis (electrodomésticos que normalmente se repondrían y no se están cambiando), lo que perjudica a compradores y al comercio, con más de 8.500 establecimientos de distribución, que está cerrando tiendas y destruyendo empleo al haber descendido un 50% sus ventas.
En cuanto a los beneficios para el medioambiente, un Plan Renove así permite reducir el parque de aparatos poco sostenibles y gestionar debidamente los RAEE (residuo de aparatos electrónicos y eléctricos), evitando el tráfico ilegal de chatarra y disminuyendo el consumo energético global y la huella de carbono. Por otro lado, contribuye al cumplimiento de los objetivos de ahorro energético y de recogida de RAEE marcados por la Unión Europea.