General Cable se enorgullece de haber proporcionado el nuevo cable submarino que conecta con el continente a Belle-Île, la mayor de las islas del Poniente en Francia, situada a 15 kilómetros de Quiberon.
Este cable suministrará electricidad a los 5.400 habitantes de la isla mediante los tres conductores eléctricos de media tensión que contiene. También incluye un cable de 48 fibras ópticas para que los internautas de Belle-Ile accedan a la muy alta velocidad de banda.
Este gran proyecto realizado por ERDF es una primicia en Francia. El cable submarino de una longitud de 15 kilómetros que conecta Quiberon a Belle-Île ha sido diseñado y construido sin empalmes, en una sola pieza.
Esta hazaña industrial fue posible gracias a la utilización de líneas de aislamiento y revestimiento utilizadas para los cables de alta y muy alta tensión que ofrecen la posibilidad de fabricar en el centro industrial de General Cable Francia, en Montereau, longitudes monopolares de 15 kilómetros sin empalme. Este reto técnico permite a
General Cable proporcionar un cable con una fiabilidad máxima y así prolongar su vida útil.
La fabricación de este cable ha sido un auténtico trabajo de equipo que ha movilizado las competencias de dos entidades de
General Cable Europa . Los conductores eléctricos se fabricaron en Montereau en Francia antes de ser enviados por transporte fluvial al centro industrial de Nordenham, al norte de Bremen en Alemania, que se hizo cargo del montaje de los monopolares y de la instalación de la armadura protectora.
El cable finalizado de 15 kilómetros con los 3 conductores eléctricos de media tensión y los cables de 48 fibras ópticas fue encargado a principios de marzo y desenrollado en el mar a medidos de marzo.
Para fortalecer la protección mecánica contra agresiones externas, el cable posee una armadura de metal doble para un peso total de 440 toneladas y debe resistir al menos cuarenta años.
Este cable híbrido creado a medida para adaptarse a unas restricciones técnicas y ambientales específicas constituye una verdadera hazaña tecnológica. En efecto, fabricar un cable submarino de 15 kilómetros sin empalme ha requerido una implicación excepcional por parte de los equipos de
General Cable en Francia y Alemania para convertir este ambicioso proyecto en un éxito.
Este reto, a la altura de
General Cable , permite al fabricante de cables consolidarse como un referente en el mercado de cables submarinos.