Más del 80% de las viviendas españolas no cuenta con un aislamiento acústico adecuado, según
Danosa , especialista en soluciones integrales para la construcción sostenible. Y es que hasta el año 2009, las viviendas no tenían que atender a criterios acústicos durante su construcción.
Sin embargo, hace seis años entró en vigor el
Documento Básico de Protección Frente al Ruido que, entre otros aspectos, especifica los niveles admisibles de ruido, cómo aislar acústicamente o dónde se tienen que aplicar los materiales. Por ello, una de las ventajas de comprar una vivienda que se ha construido en los últimos cinco años es la aplicación de esta normativa. Hay que tener en cuenta que la inversión que se requiere para rehabilitar un inmueble que se adecue a la nueva norma es bastante considerable frente a la implantación desde el principio.
En este contexto, el problema de la contaminación acústica no sólo está en las molestias sonoras que pueda ocasionar, sino que incide directamente sobre la salud. Algunos de los efectos nocivos del ruido en seres humanos pasan por aumento de la irritabilidad, estrés, alteraciones del sueño que pueden desembocar en falta de atención, así como los problemas auditivos que en situaciones extremas pueden ocasionar sordera.
Según la
Organización Mundial de la Salud (OMS), los niveles de ruido ambiental recomendables para las personas están entre 55 decibelios por el día y 45 decibelios por la noche (en el interior de una vivienda están entre 35-40 decibelios por el día y 30 decibelios por la noche). Sin embargo, según los estudios de este organismo, los españoles están expuestos a impactos acústicos superiores a los 65 decibelios, lo que sitúa a España como segundo país más ruidoso del mundo, por detrás de Japón, y el más ruidoso de la Unión Europea.
Cuadro 1. Cuáles son los decibelios que nos rodean Fuente: Danosa a partir de datos de la OMS Los aislantes acústicos pueden reducir el ruido hasta en un 70% Aunque el ruido es un problema que está lejos de solucionarse, se pueden tomar medidas para paliar sus efectos. De hecho, tal y como apunta Danosa, implementar en un inmueble aislantes acústicos, puede reducir las molestias provocadas por el ruido en un 70%.
Si bien el 80% del ruido ambiental que sufre una ciudad proviene del tráfico, la actividad diaria de una vivienda también ocasiona grandes molestias. En este sentido, el aspirador emite unos 65 decibelios, el despertador o la televisión a un volumen elevado, pueden llegar a los 75 decibelios, igual que una lavadora o un teléfono móvil.
Dependiendo de la procedencia del ruido, algunas de las soluciones más efectivas son la instalación de ventanas con doble acristalamiento, falsos techos, aislar el suelo, levantar por el interior de la vivienda un nuevo tabique.