La empresa multinacional Onduline®, líder en sistemas ligeros de impermeabilización y aislamiento para cubierta inclinada,
protege , una vez más, el
patrimonio Avilés con su sistema
Onduline® Bajo Teja . En esta ocasión, se trata de la
Ermita de San Segundo del Río Adaja , una importante ermita extramuros de la ciudad de Ávila.
La ermita de San Segundo del río Adaja debe su nombre al legendario primer obispo y patrono de Ávila, San Segundo, por tradición. Se dice que en 1519 se halló un sepulcro con los restos de San Segundo, uno de los siete varones apostólicos que, según una creencia cristiana, fueron enviados por San Pedro y San Pablo a evangelizar España.
El histórico templo Avilés data del siglo XII y se alza a orillas del río Adaja en granito caleño. Se compone de tres grandes naves y una cabecera en hemiciclo con bóvedas de horno y cañón. Su aspecto actual responde a una importante remodelación del siglo XVI, aunque conserva varios elementos románicos originales datados del siglo XIII.
En el interior destaca la figura orante de San Segundo, esculpida por el famoso escultor franco-español Juan de Juni. La ermita, considerado bien de interés cultural, fue declarada monumento histórico-artístico en 1923.
Las tareas de rehabilitación de cubierta, ejecutadas por la empresa especialista en rehabilitación y restauración de edificios históricos:
STOA , han afectado a una superficie total de aproximadamente 600 m2 en la cual se ha llevado a cabo un profundo trabajo de restauración debido al mal estado de la cubierta.
La estructura original, formada por un entramado antiguo de madera, se encontraba muy dañada tanto por las filtraciones existentes como por la acción de insectos xilófagos. De hecho, se ha realizado una actuación importante a nivel de estructura, sustituyendo gran parte de esta por nuevos elementos con tratamientos específicos anti insectos.
A nivel de soporte, la teja se asentaba directamente sobre tablas de madera existente. La tabla antigua ha tenido que ser sustituido en su totalidad, colocando, sobre la nueva estructura, un tablero fenólico que ha permitido regularizar la cubierta para obtener una planimetría óptima.
Sobre el nuevo tablero, se ha impermeabilizado con el sistema
Onduline® Bajo Teja DRS BT-150 , una placa especialmente diseñada para resistir al pisado y una solución ideal para la rehabilitación de tejados ya que aporta, con una gran ligereza (3 Kg/m2), una garantía total contra goteras, filtraciones y humedades.
En cuanto a las tejas, se han recuperado la mayor parte de piezas originales posibles, reservándose para su colocación como tejas cobija, siendo solamente la teja canal nueva. De esta forma se mantiene la estética tradicional del tejado, cuestión primordial en obras de edificios históricos y de patrimonio, pero permitiendo recibir las tejas nuevas con espuma o sistemas de fijación en seco como gancho.
Una de las particularidades llevadas a cabo en esta rehabilitación de tejado ha sido la utilización de pletinas metálicas y malla tipo gallinero para asegurar el agarre de las tejas, con mortero, sobre el sistema Onduline® Bajo Teja. STOA, empresa especialista en rehabilitación de edificios históricos, emplea habitualmente esta técnica de fijación cuando debido a la pendiente del faldón y la climatología de la zona, el peso de la teja y el mortero pueden producir movimientos y corrimientos con el paso del tiempo, asegurando un mejor comportamiento de estas incluso con fuertes cambios de temperatura.
En este caso, la malla de gallinero confiere al mortero de una mayor flexibilidad y solidaridad cuando se producen movimientos en cubierta. Las pletinas en forma de Z, son colocadas estratégicamente en los solapes de placas Onduline® Bajo Teja, para reforzar aún más la sujeción de estas al soporte y mejorar su resistencia a tracción.