Son muchas las causas que pueden provocar el deterioro de un elemento de hormigón, haciendo necesario el uso de productos para la reparación no estructural.
La más habitual es la reacción de los componentes alcalinos (Ca(OH)2, etc.) con el dióxido de carbono presente en el aire que se denomina carbonatación del hormigón.
Como consecuencia de este proceso el valor de pH del hormigón disminuye. Si el valor del pH del hormigón que rodea la armadura cae aproximadamente por debajo de 11, el film pasivo se destruye. Cuando más bajo sea el valor del pH, más alta es la intensidad de corrosión.
Cuanto más permeable sea la matriz del hormigón y más fino el recubrimiento, más rápido alcanza la carbonatación a la superficie del acero, como resultado la capa pasivante sobre el acero desaparece y comienza la corrosión.
El incremento de volumen del acero debido a la corrosión provoca la aparición de fisuras y expone a las armaduras, ya sin protección, al ataque de agentes agresivos del entorno.
Por su parte los iones cloruro (p.e. sales de deshielo en carreteras) alcanzan la superficie del acero por acción de la capilaridad y la difusión y destruyen localizadamente la capa pasivante, incluso en un entorno muy alcalino, cuanto más alta sea la concentración de cloruros, más alta será la intensidad de corrosión.
En el cuadro siguiente se incluyen otras causas de deterioro de los elementos de hormigón que pueden hacer necesaria la aplicación de productos para la reparación no estructural de hormigón.
Tradicionalmente, la reparación localizada de los daños y defectos en el hormigón se realiza con morteros de aplicación manual (método 3.1).
Existen morteros de aplicación manual pre dosificados para reparaciones en general y también para usos más específicos. Estos incluyen morteros aligerados para aplicaciones en grandes espesores (por ejemplo en techos) y materiales resistentes químicamente para protección frente a gases y productos químicos agresivos.
Cuando se requiere regenerar grandes áreas y secciones de hormigón se emplea el método de vertido o relleno (método 3.2). Este método es muy útil para elementos complejos, tales como cabeceros o muelles, que a menudo presentan problemas de acceso y de densidad de armaduras. El criterio más importante para una aplicación exitosa de este tipo de productos es la fluidez y capacidad para rellenar los huecos alrededor del armado.
Adicionalmente, a menudo se vierten en secciones gruesas sin que generen problemas de fisuración por retracción. Esto asegura que se pueden rellenar los volúmenes deseados completamente, a pesar de las restricciones de acceso y los puntos de aplicación. Finalmente, deben también endurecer proporcionando una superficie final adecuada, nivelada y sin fisuras.
Para grandes volúmenes, para proporcionar un recubrimiento adicional al hormigón, o en áreas de difícil acceso para la aplicación por vertido o manual, se utiliza el método de proyección (método 3.3).
En la actualidad, además de las tradicionales máquinas de proyección en seco, hay máquinas de proyección por "vía húmeda".
Estas tienen un menor rendimiento, en volumen, pero tienen un menor rebote y producen menos polvo que la proyección por vía seca. Por lo tanto, se pueden usar para pequeñas áreas o zonas más delicadas, donde hay acceso restringido o ambientes cerrados.
Los criterios más importantes para la aplicación de materiales de reparación por proyección son el mínimo rebote y grandes espesores de capa sin problemas de descuelgue.