La compañía referente en la fabricación nacional de morteros industriales y soluciones innovadoras, acaba de lanzar su última línea en revestimientos de fachadas. Una gama de productos y soluciones absolutamente renovada para aportar color, resistencia, durabilidad y belleza a las fachadas de nuestras ciudades.
Saint-Gobain Weber no concibe una fachada sin color. El color es el protagonista principal en el aspecto estético del edificio y el que mayor impacto tiene en el resultado global de una obra. La gama de colores
webertene es una amplia colección resultado de la colaboración de la firma de morteros con especialistas internacionales en la cromática de las ciudades, especialmente desarrollada y adaptada al mercado de la rehabilitación de edificios convencionales, pero sin olvidar las últimas tendencias que sigue la arquitectura contemporánea.
La
nueva gama webertene , ofrecida en distintos formatos y posibilidades, está formada por tres productos principales:
-webertene classic: Ligante acrílico de baja absorción de H2O que supone un revestimiento convencional pero con las mejores prestaciones. Proporciona una elevada durabilidad de los colores permaneciendo más estables durante más tiempo.
-webertene advance: Ligante siloxano que evita la presencia de microorganismos en la fachada. Aporta una alta protección que hará posible olvidarse de su mantenimiento llegando a ser como una segunda piel para el edificio.
-webertene premium: Ligante silicato de potasio , de elevada transpirabilidad, muy recomendable para trabajos de restauración y perfecto para condiciones atmosféricas extremas (como en el caso de edificaciones en primera línea de mar), lo que favorece unas fachadas jóvenes por más tiempo, así como hogares más saludables.
Además de ofrecer durabilidad en el tiempo y resistencia a los rayos UV, los colores de la gama
webertene permiten que el propietario del edificio diseñe con total libertad, jugando con infinitas posibilidades de combinación.
Saint-Gobain Weber es plenamente consciente de la importancia de la fachada. Más allá del aspecto funcional, tiene un propósito artístico, ya que permite materializar la creatividad del propietario, además de representar la imagen externa del edificio. Una fachada ofrece una primera impresión y aporta singularidad y personalidad propia respecto al resto de edificios del entorno.