El mortero forma parte en muy diversas aplicaciones en el ámbito de la edificación, formación de fábricas, revestimientos, solados, reparaciones, etc. Como consecuencia de su adaptabilidad y polivalencia constructiva, tales prestaciones requieren un conocimiento especializado de cada aplicación, considerando las variables y características específicas de los diferentes tipos de morteros.
La construcción actual, progresivamente más tecnificada y con mayores exigencias de calidad, rapidez y economía requiere, cada vez más, productos avalados por una tecnología industrial que satisfaga esas demandas. El ámbito de los morteros no es una excepción, su producción ha ido evolucionando en lo relativo a su composición, tecnología de fabricación y distribución. Actualmente los morteros secos proporcionan la respuesta más avanzada y fiable a tales exigencias.
La tecnificación del material ha provocado un desplazamiento de los morteros hechos in situ a favor de los morteros industriales. Además, la mayor exigencia y control en las propiedades de los morteros, provoca en los últimos años una fuerte tendencia en el desarrollo del mortero seco.
Con el mortero industrial se evitan tiempos de mano de obra dedicados a, acopio de materiales, dosificación amasado etc.
Además, la especialización industrial del mortero seco evita posibles problemas en las obras como:
• dosificaciones incorrectas.
• mezcla de componentes inadecuados.
• ensuciamientos.
• desperdicio de material.
• ahorro de superficie en el tajo.
Por todo ello podemos resumir las ventajas de los morteros secos frente a los fabricados "in situ", centrándonos en dos aspectos fundamentales: el proyecto y la obra
Proyecto: • Adaptación exacta a las especificaciones del prescriptor.
• Versatilidad.
• Control exhaustivo de los componentes y recepción en fábrica (cemento, áridos, aditivos, etc.).
• Dosificación rigurosa.
• Calidad uniforme y verificada.
Obra: • Reducción de costes de fabricación e indirectos, de la mano de obra y equipos auxiliares.
• Disminución del espacio en obra para acopio y sectorización de materiales. Tampoco necesita cubetas como en el caso del mortero estabilizado.
• Protección del material ante agentes externos.
• Limpieza, no ensuciamiento por volatilidad de arenas, polvos etc.
• Ausencia de desperdicio; se fabrica en cada momento lo que se va a consumir.
• Reducción de la gestión y recepción de pedidos (cementos, arenas, pigmentos, etc.).
• Fabricación inmediata, sencilla y automatizada.
• No precisa retardadores ni está sobreaditivado para mantener trabajable el mortero, por su fabricación instantánea.