La vuelta a la rutina llega con septiembre y pasamos de la ‘casi total libertad’ a retomar hábitos, responsabilidades y trabajo. Sin embargo, los espacios de trabajo comienzan a adaptarse para que el retorno laboral sea más llevadero. Muchas empresas acometen pequeñas reformas durante el periodo estival para que sus empleados retomen la rutina en septiembre en un ambiente renovado que aleje el síndrome postvacacional y que recupere la productividad de antes del verano. En el caso del teletrabajo, es el propio hogar donde redecoramos y habilitamos un espacio para trabajar para enfocarnos en nuestra labor, ahorrando lo máximo posible en costes como la factura de luz.
"Un espacio de trabajo diseñado para potenciar el bienestar de los empleados aumenta en gran medida la tranquilidad y la productividad. Puede parecer trivial, pero unas simples soluciones de diseño ergonómico y una buena iluminación y climatización en el entorno de la oficina pueden hacer que los empleados estén más contentos, y sean mucho más productivos en un entorno más saludable y sostenible", explica
Eva Fernández , directora de producto en Sulion, la empresa líder en ventiladores de techo y especialistas en iluminación técnica y decorativa.
Los expertos de Sulion aportan cinco consejos para hacer la vuelta a la oficina y al hogar más deseable tras las vacaciones y que mejore la productividad al hacer más acogedor el nuevo entorno:
1.
Color para ser más productivo. Está comprobado que el color afecta a la productividad de las personas. El sistema ‘Color Affects’, desarrollado por la psicóloga Angela Wright determina que los efectos de algunos de ellos influyen en los individuos. Según la teoría de Wright, el rojo afecta al cuerpo, el azul estimula la mente, el verde crea un equilibrio calmante y el amarillo inspira la creatividad. No obstante, elegir un color no es suficiente, sino que es aún más importante atender a conceptos como la saturación y la intensidad. Los colores brillantes y altamente saturados estimularán, mientras que los colores más suaves y apagados calmarán. Si no se puede cambiar el color de la oficina o el espacio de trabajo por completo, pequeños ‘toques’ de color puede hacer que los diferentes equipos disfruten de aquellos que mejor se adapten a su tipo de trabajo.
2.
Iluminación natural. Dejar entrar la luz del sol aumenta la productividad, la energía y la creatividad, por no hablar de que reducimos el consumo eléctrico. No es realista pensar que podemos hacer nuevas ventanas y claraboyas en todas las oficinas, pero podemos trabajar con la luz que ya tenemos asegurándonos de que los escritorios y mesas estén lo más cerca posibles de ellas. Sin embargo, si la luz natural no es una posibilidad por la disposición u orientación, es mejor optar por una luz difusa de bajo consumo en color natural o 4000K (grados kelvin), ya que es más suave, imita la luz del sol y es más calmante que la luz que brilla directamente sobre nosotros, pudiendo deslumbrar y crear reflejos incómodos en pantallas y mesas.
3.
La temperatura correcta. Intentar trabajar con calor o con frío es algo tedioso, o imposible en muchos casos. Necesitamos estar a una temperatura entre 23 y 27 grados para realizar nuestras tareas adecuadamente. Desde el gobierno se ha lanzado un nuevo decreto para que, en transportes y edificios públicos, no se pueda poner el aire acondicionado a menos de 27 grados, y la calefacción a más de 19. No es obligatorio para empresas y hogares, pero sí recomendable. Instalar ventiladores de techo en las oficinas o en casa, no solo ayuda económicamente al consumir menos luz que los aires acondicionados, sino que combinando ambos, pueden hacer que la sensación térmica sea inferior a 27 grados. Por otro lado, en invierno, ayudan a repartir el calor de los calentadores por toda la sala optimizando su uso, lo que a su vez implica mayor ahorro energético. Tienen innumerables cualidades y entre ellas están el evitar resecar el ambiente y con su suave brisa, impedir sobrecargar las estancias con aire viciado o pillar un refriado por el cambio brusco de temperatura al entrar y salir de ellas.
"Está demostrado que respirar un aire que se renueva adecuadamente ayuda a la concentración, debido a que mejora la respiración y, por lo tanto, mejora el flujo de sangre por todo el cuerpo", explica
Eva Fernández . "Asimismo, estamos hablando de un ahorro energético importante, esto implica no solo un beneficio económico, sino también un menor impacto medioambiental".
4.
La naturaleza, punto clave. Agregar plantas a modo de decoración es una de las maneras más rápidas y fáciles de maximizar la productividad en el trabajo. Diversos estudios señalan que tener una planta en el despacho aumenta la productividad y la atención cognitiva, además de filtrar el aire para eliminar moho y bacterias, manteniendo a los trabajadores felices, productivos y saludables.
5.
Apuesta por las áreas de descanso. Los que teletrabajan ya disponen de salón y cocina, y tienen posibilidad de movilidad para hacer un break, pero incluso la oficina mejor diseñada hará que los empleados sean improductivos si se sienten encadenados a sus escritorios. Debemos asegurarnos de que los empleados tienen un espacio para levantarse y dar un pequeño paseo, o tal vez un área de descanso donde puedan trabajar sin estar sentados en el mismo lugar durante toda la jornada.
Un entorno de oficina va más allá del buen diseño. Todo se reduce a si los empleados se sienten cómodos o no en él y se ajusta a sus necesidades. La realidad está cambiando y las empresas deben adaptar sus entornos laborales para hacer que sus trabajadores sean más felices, y ser más sostenibles, aseguran desde
Sulion .