Victoria Llombart es Project Manager de
Amiblu Spain desde que se incorporó a la empresa, hace 3 años. Y, aunque reconoce que el ritmo de trabajo en la planta de producción, a veces, puede ser frenético para dar respuesta a las necesidades y demandas de los clientes, afirma que el esfuerzo queda compensado por el buen ambiente laboral, el trabajo en equipo y el compañerismo que se respira a diario. Nos lo explica a continuación.
Descríbenos un día laborable en Amiblu. Personalmente, vivo apartada de fábrica, por lo que mi día empieza dentro del coche. Concretamente, cincuenta minutos que dedico a organizar las tareas dentro de mi cabeza, así como a resaltar los puntos indispensables del día. Muchas veces, tanta planificación sirve de poco. La mañana pasa rápido entre reuniones, llamadas, visitas a planta y unas cuantas llamadas más. Cuando te quieres dar cuenta, ya es la hora de comer. Comemos con los compañeros en el despacho, aunque desde la pandemia por Covid se echa de menos el ir al comedor. Las tardes son más apacibles y sin tantas reuniones. Normalmente, es cuando aprovecho para realizar tareas de documentación, control de proyectos y planificaciones. Me gusta irme a casa con el trabajo hecho. Y, si no lo consigo, antes de apagar el ordenador, lo dejo todo anotado y preparado para el día siguiente.
¿Cómo es el ritmo de trabajo en una planta como la de Amiblu? Una vez cruzas el umbral de la puerta, el ritmo es frenético. Y si tienes móvil de empresa ni siquiera te hace falta cruzar ese umbral. Por suerte, la rapidez y las urgencias se compensan con bromas entre compañeros, trabajo en equipo y resolución de problemas a las mismas velocidades.
¿Qué es lo que más te gusta de tu trabajo? En Amiblu, me dejan evolucionar por mi cuenta como persona; me dan consejos, pero nadie me obliga a ser de una manera concreta. Técnicamente, tenemos una formación buena y continuada en todo momento, pero siempre podemos dar nuestra opinión y trabajar a nuestra manera. Es una empresa que confía en que tu lógica y tus razonamientos, como responsable de las diferentes tareas a tu cargo, van a dar los resultados propuestos.
Hasta la fecha, ¿cuál es el momento más divertido que recuerdas con tus compañeros de departamento? No voy a mentir; cada día reímos, y eso hace mucho más ameno el trabajo. Con todo, recuerdo momentos muy divertidos vividos en unas reuniones con clientes que tenían un acento inglés muy cerrado, donde todos asentíamos con la cabeza, pero cuando terminaban de hablar, empezaban los debates para ver quién había entendido algo… (ríe)
En Amiblu, me dejan evolucionar por mi cuenta como persona; me dan consejos, pero nadie me obliga a ser de una manera concreta. Explícanos algún proyecto de tuberías de PRFV que recuerdes por su singularidad. Hasta la fecha, el proyecto más singular que me ha tocado gestionar ha sido la fabricación de 81 depósitos idénticos a alta presión de diámetro nominal 1.600mm.
Si no te hubieses dedicado a ser Project Manager, hubieses elegido ser... La verdad es que me cuesta poder dar una respuesta clara a esta pregunta. Empecé a trabajar como técnica en otra empresa y decidí especializarme en la gestión de proyectos, porque ví que era lo que realmente me gustaba. Y creo que hubiese elegido llegar al mismo punto.
Amiblu ha iniciado un proceso interno de transformación para reducir el impacto ambiental de sus productos y contribuir al ahorro energético. ¿Qué opinión tienes sobre el mismo? Opino que hoy en día más que nunca tenemos claros ejemplos del impacto negativo que las grandes industrias tienen sobre el cambio climático. Es muy importante aportar, en la medida de lo posible, nuestro grano de arena para hacer cambiar el rumbo de las cosas. Y, como corporación que somos, lo podemos conseguir.
Amiblu es una empresa que... Es una empresa que compensa, por el trabajo y por su gente. Tanto para el trabajador como para el cliente.
Al salir de Amiblu, ¿dónde te encontraremos? Haciendo yoga, preparando una cenita rica o leyendo un buen libro.
¿Cómo te imaginas el futuro? ¿Vinculada a Amiblu? Espero que sí. La fábrica está situada en una zona excepcional, que te permite trabajar en una multinacional sin estar cerca de una ciudad, y eso para mí es muy importante. Estoy conectada con el mundo y, cuando quiero, puedo desconectar fácilmente. Tengo ganas de evolucionar profesionalmente, de ser capaz de poder gestionar proyectos más grandes, a nivel internacional, con más recursos y medios, y de adquirir más responsabilidades cada día. Pero todo conlleva esfuerzo, dedicación, aprendizaje, tiempo, y sobre todo ¡ganas!
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