Entre las patologías que se producen tras la puesta en servicio de una edificación es frecuente encontrar aquellas que afectan o comprometen la estabilidad de la
cimentación . Al margen de causas accidentales externas, muchas veces simplemente están motivadas por el paso del tiempo y el correspondiente envejecimiento de los materiales y sistemas constructivos del edificio. El deterioro de la red de saneamiento, sobre presiones en la acometida y en derivaciones de AFS o una mala canalización de las aguas de lluvia, pueden dar origen a una modificación que altere las condiciones de equilibrio entre la cimentación y el terreno, provocando la aparición de
asentamientos importantes fuera de la construcción del edificio.
A la hora de dar respuesta al problema y elegir una solución, cuando nos encontramos trabajando en edificios en uso, es determinante optar por soluciones que impliquen la menor alteración del estado actual y e incluso, puedan ser compatibles con la actividad del mismo. En ese sentido, cada vez se impone, por su rapidez y limpieza, tanto en la ejecución como en implantación, la solución de
consolidación de terreno mediante
inyecciones de resinas expansivas para el
recalce de cimentaciones que ha sufrido un asiento. Es el caso de la que obra que muestra Geosec, realizada en la Parroquia San Joaquín de Madrid, en la que, una vez identificado el problema por los técnicos del Arzobispado de Madrid, para subsanar las deficiencias de cimentación reflejadas en la >ITE, se acudió a la solución
SEE&SHOOT® desarrollada por
GEOSEC , además de por la limpieza y rapidez de la técnica, por la seguridad que proporciona su control directo mediante la combinación de ensayos de
tomografía de la resistividad eléctrica y pruebas de resistencia mecánica realizadas equipos ligeros del tipo DPM 30.
La Parroquia, en cuestión, la constituyen un conjunto edificaciones con uso religioso y docente que fueron construidos en tres fases diferentes, entre los años 1979 y 1983. La intervención principal se llevó a cabo en el edificio original, que es el que alberga el templo, realizándose la consolidación de terreno bajo 42,00 m de cimentación continua (riostras y vigas de cimentación) y 16,00 m² correspondientes a 16 zapatas aisladas, localizadas en las dependencias auxiliares, alrededor de la capilla principal.
La
tomografía inicial, realizada antes de llevar a cabo las
inyecciones , detectó la existencia de anomalías en el terreno, localizadas dentro del volumen de influencia de la cimentación, bajo la parte de edificación donde se manifestaban las principales patologías. En un terreno cohesivo constituido por arcillas arenosas características de facies Madrid, que presentaba rangos de resistividad comprendidos entre 5 y 75 Ω∙m, se localizaron zonas con elevada presencia de humedad, así como otras con vacíos significativos, identificadas por anomalías de baja y alta resistividad respectivamente. El registro de los ensayos de penetración dinámica realizados dentro de estas anomalías mostraba una reducción significativa de resistencia mecánica con respecto al realizado fuera de las mismas.
De acuerdo a estos resultados, se planificó una intervención mediante inyecciones con tres niveles de profundidad. El primer nivel de inyección se situó 20 cm por debajo del plano de apoyo de la cimentación, a la cota de -1,50 m desde el nivel del suelo exterior, y los dos siguientes a -2,00 y -2,50 respectivamente desde ésta. En total se realizaron 459 inyecciones en el terreno distribuidas en 153 puntos de perforación.
Según establecen las directrices del sistema
SEE&SHOOT® , la tomografía no se retiró durante la ejecución, realizándose 16 medidas intermedias, para poder controlar el efecto de las inyecciones y su correcta interacción con el terreno. Consecuentemente, al acabar la intervención, se realizó una nueva campaña de ensayos de penetración dinámica además de una última lectura de tomografía de la resistividad eléctrica en el terreno.
Los resultados de los nuevos ensayos de penetración dinámica confirmaron el incremento de la capacidad mecánica, registrándose mejoras promedio de entre un 40 y 100 % sobre las iniciales.
Así mismo, al comparar la tomografía final con la previa, se apreció un aumento de resistividad en las zonas que presentaban valores bajos de resistividad, a consecuencia del desplazamiento del agua intersticial y la colmatación de la porosidad del terreno por la resina. De manera contraria, en zonas donde inicialmente se localizaban anomalías por alta resistividad, por la presencia de huecos, tras las inyecciones de resina, se verificó una reducción de resistividad debida precisamente al relleno de estos vacíos. Valores finales que ya no mostraban variación frente al aumento del volumen de inyección, y por tanto aseguraban el mantenimiento en el tiempo del incremento de resistencia mecánica recogido en los ensayos de penetración dinámica, necesario para poder verificar y asegurar la consolidación.
Toda la actuación requirió 5 días de trabajo de un equipo de 3 personas, en los que el
técnico de
GEOSEC estuvo coordinado con párroco y técnicos del Arzobispado para apenas se interferir con el calendario de actos religiosos y la actividad docente de la parroquia.