La renovación masiva La prohibición europea de fabricar lámparas incandescentes y halógenas desde 2012 hizo que se impulsara el uso de la tecnología led para el ahorro energético. Una de las razones para la aplicación de este tipo de iluminación es que además, y gracias a sus equipos electrónicos de alimentación,
es posible la recepción y envío de información para actuar a distancia, regulando el flujo luminoso en función de las necesidades del lugar y el momento, lo que todavía mejora más la reducción del consumo de energía.
Aprovechar estas características tan positivas de los ledes pasa por sustituir de manera masiva los dispositivos de iluminación tradicionales por ledes inteligentes. Si se hiciera esta renovación, en el año 2030 el consumo de energía se reduciría en un 8%. Esta disminución, si esta tecnología se acompaña de
sistemas de control y gestión, supondría a nada menos que 3.585 millones de euros anuales. Un importe equivalente al 0,33% del PIB español.
Igualmente, merece la pena señalar que una renovación general de los sistemas de alumbrado exterior de una gran ciudad representa una inversión que se amortizaría en menos de diez años. Esto sería posible, gracias a la reducción en la factura eléctrica de alrededor de 400 millones anuales que implica el uso de los ledes sostenibles.
Una tarea colectiva Solo si somos conscientes de las consecuencias negativas que genera el gasto excesivo de energía, veremos la importancia de tomar las medidas necesarias. La instalación de ledes es una de las más importantes. Los beneficios de estos dispositivos como principal elemento de iluminación interior y exterior son una
garantía de sostenibilidad .
Reducir el consumo de luz con el uso de ledes puede parecer un pequeño acto más dentro del trabajo por un consumo energético sostenible. Nada más lejos de la realidad. Si realmente esta acción se lleva a cabo de manera colectiva, tanto en los hogares como en empresas y locales administrativos, tendrá gran repercusión. Conseguiremos una iluminación de gran calidad y muy eficiente. Además de
reducir las emisiones de CO2 , y ahorrar en la factura de electricidad.
En definitiva, el favorecimiento de la sostenibilidad en nuestro entorno pasa por introducir grandes cambios en la gestión del consumo energético que realizamos tanto como sociedad como individualmente.
Los escépticos y los que reniegan de la sostenibilidad La sostenibilidad es todavía un concepto que genera muchas dudas y escepticismo en algunos sectores de la población. De hecho, un estudio sobre consumo sostenible realizado por Imop Insights señala que
más de la mitad de la sociedad española no cree todavía que estemos en riesgo por el cambio climático . Tampoco considera necesario que tengamos que apostar por la sostenibilidad para evitar sus consecuencias negativas.
Asimismo, todavía existe una importante diferencia entre las personas concienciadas sobre la necesidad de adoptar conductas sostenibles y quienes realmente las llevan a cabo. Esto se debe, sobre todo, a que no es fácil comprobar en primera persona los beneficios de ser responsables en lo relativo al consumo energético. Por lo tanto,
muchos ciudadanos acaban renegando de la sostenibilidad .
Una de las consecuencias de la visión general distorsionada sobre este tema es que los ciudadanos con una actitud responsable hacia el cambio climático se ven todavía aislados en la mayor parte de su entorno.
Igualmente, es habitual que se considere que el consumo responsable para mejorar la sostenibilidad no está al alcance de todo el mundo. En este sentido, se afirma que las empresas y Gobiernos deben trabajar para que todos tengamos acceso a los productos y
servicios adecuados.
Finalmente, también hay que destacar que en nuestra sociedad acostumbramos a limitar en muchas ocasiones los comportamientos sostenibles a aquellos que nos exigen poco sacrificio. Por ejemplo, el reciclaje de bolsas.
Al igual que muchas personas son escépticas acerca de la sostenibilidad ambiental, también afrontan con recelo la sustitución de la iluminación tradicional. Una de sus principales quejas es que los ledes son más caros. Por lo tanto, todavía hay dudas sobre
cómo será el futuro del led en el día a día de nuestra sociedad, pese a su larga duración y su reducido gasto energético. La rentabilidad tampoco parece ser, de esta manera, un factor determinante de elección para los escépticos acerca de la sostenibilidad.
En definitiva, el uso de iluminación
led sostenible representa un paso adelante en la adecuada gestión del gasto energético que debemos hacer en nuestra sociedad. Su rentabilidad y funcionalidad justifican sobradamente que usemos estos diodos emisores de luz tanto en el hogar como en el exterior, incluso a nivel urbano. ¿Quiere saber más sobre los ledes? Contacte con nosotros y le informaremos acerca de sus características y posibilidades de uso.