Daniel Zueco, Departamento Arquitectura Grupo Ayuso Técnico Superior en Edificación, Arquitecto Técnico por la Universidad de Zaragoza e Ingeniero de Edificación por la Universidad Camilo José Cela. Passive House Tradesperson por el Passivhaus Institut y gestión internacional de PYMES por la E.O.I. con más de 16 años de experiencia profesional en venta consultiva y prescripción. Es el momento para la rehabilitación energética de viviendas. El tiempo presente es el idóneo para poner en valor la rehabilitación energética del parque de viviendas español y son varios los motivos que sustentan esta hipótesis.
Nuestro parque inmobiliario cuenta con una antigüedad media de 45 años y requiere de una necesaria renovación. Más de la mitad de estas viviendas están construidas antes de 1980, año en el entró en vigor la norma CT79, que obligaba por primera vez en la historia, a aislar térmicamente las envolventes perimétricas de los edificios. Además, en lo que a ventanas se refiere, los vidrios de aquella época eran monolíticos y en el mejor de los casos empezaban a contar con pequeñas cámaras que apenas mejoraban su transmitancia térmica, por lo que no tenía sentido desarrollar marcos más eficientes, ya que el vidrio suponía un "agujero negro" por el que "se escapaba" toda la energía. El desarrollo tecnológico de estos vidrios en aras de reducir su transmitancia térmica sirvió de base para el diseño de marcos cada vez más eficientes.
Por estas razones, España presenta una calificación energética más baja que la del resto de países europeos. De hecho, cuatro de cinco edificios de nuestro país son energéticamente ineficientes, lo que convierte a la vivienda en la tercera causa de emisiones de CO2, solo por detrás de sectores como el transporte y la industria.
Por otro lado, desde la administración pública se fomenta y prescribe de forma cada vez más fehaciente las actuaciones necesarias para reducir la demanda energética de estos edificios y reducir su huella de carbono. Desde la firma del acuerdo de París como compromiso mundial histórico para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, hasta el Pacto Verde Europeo que busca ser el primer continente climáticamente neutro en 2050. De hecho, la Comisión Europea entre finales de este año y el 2024 va a aprobar la nueva directiva de eficiencia energética de edificación a través de la cual, España se ve obligada a que en enero de 2033 todo el parque de viviendas nacional cuente con una calificación energética D, como mínimo.También desde la Europa y a través de los fondos Next Generation se estimula económicamente las intervenciones de rehabilitación energética.
Desde el punto de vista reglamentario, es notoria la búsqueda de estos objetivos por parte del Código Técnico de la Edificación en cada actualización de sus prescripciones.
La ventana como elemento clave en la rehabilitación La rehabilitación energética de una vivienda pasa principalmente por la intervención en su envolvente perimétrica con el objetivo de reducir su coeficiente global de transmisión de calor. Conceptualmente la ventana es una de las partes más vulnerables en este aspecto, ya que en la mayor parte de los casos va a aislar menos que la parte opaca de la fachada, por lo que el Código Técnico de la Edificación no podía no exigir rigor en su caracterización.
Así, es importante la determinación de la transmitancia térmica global del hueco (Uw) que se configura como un cálculo proporcional de los componentes de los que dispone el conjunto de la ventana. Resulta evidente que los elementos que más repercusión tienen son el marco y el vidrio, por lo que será trascendental su correcta prescripción.
No obstante, no podemos despreciar otros pequeños elementos que, aunque a priori, pueden llegar a parecer poco relevantes, tienen una gran trascendencia, como es por ejemplo el perfil intercalario, que separa y cierra la cámara del vidrio. Para contextualizar esta relevancia, cabe hacer referencia a un estudio francés que determina la reducción de la demanda energética de un determinado tipo de vivienda en el que, el hecho de sustituir un intercalario metálico por uno plástico, supone una reducción del consumo anual de calefacción de más de un 4% en un vidrio doble en una vivienda sometida a un clima cálido templado.
Muy importante también es la permeabilidad al aire de una ventana. Destacar aquí la norma de producto UNE EN 14351-1 que prescribe el ensayo y clasificación (bajo otras normas) establecida en 5 tipos: desde la 0 en ventanas no ensayadas, hasta la clase 4 donde a 100 pascales de presión de aire la ventana no permitirá a su paso más de 3m3/h * m2. Las ventanas antiguas a las que hemos hecho referencia antes se consideran clase 1, presuponiendo que a través de sí permiten el paso de 50 m3/h * m2.
Como decíamos, el vidrio juega un papel trascendente. Hay que intentar prescribir cámaras de 16mm como ancho garante de la transmitancia térmica óptima y si su relleno es con un gas noble (Argón, Kriptón), mejor. La capa o capas (en caso de vidrio triple) de baja emisividad se hacen más que recomendables por su efectividad y coste reducido y es crucial la capa de control solar en fachadas sometidas a soleamiento, para reducir el factor solar.
Junto al vidrio, el perfil tiene un rol protagonista como venimos hablando. La reforma lleva implícita un problema en lo referente a la carpintería exterior, y es el hueco para "meter" la nueva ventana, si esta lleva cajón oculto tras el dintel del hueco.
Normalmente nos vamos a encontrar fondos de guía de entre 100 y 110mm y es una cuestión difícil para el prescriptor encontrar un perfil que aísle y que quepa en esa sección, ya que, hasta el momento, la Uf de un perfil era indirectamente proporcional a su profundidad, es decir, a menor transmitancia térmica, mayor profundidad de perfil.
En
Grupo Ayuso , sabedores de este problema, hemos diseñado nuestra serie
EIRA 60 CORE CON RPT de resina de poliuretano de baja densidad con la que conseguimos la menor transmitancia térmica en la menor sección de perfil. Son 60mm de profundidad de carpintería en los que conseguimos una Uf de 1,1 W/m2K con una cara vista de marco y hoja de 106mm y canal de herraje de 16mm. Para contextualizar este impresionante valor Uf, tengamos en cuenta que, por ejemplo, en PVC, para alcanzar esta transmitancia térmica de marco tendríamos que irnos a perfiles de 76mm de profundidad.
Enfoque de la rehabilitación en lo referente a la ventana La obra muere en el detalle y se torna fundamental la definición en prescripción de los encuentros y sistemas constructivos y su seguimiento en obra. Es vital la correcta caracterización de la colocación de la ventana en obra y el tratamiento de las juntas. En este sentido cabe mencionar la nueva norma UNE 85219:2023 de colocación de ventanas donde se prescribe, según el caso, espumas flexibles, cintas precomprimidas, barreras de vapor, membranas de estanqueidad… Elementos y buenas prácticas, en definitiva, que configuran la junta como un elemento de transición entre muro y ventana con sus mismas prestaciones y da sentido al esfuerzo de la caracterización de la ventana y la no aparición de patologías. Un buen referente en este sentido son los criterios establecidos por el Passivhaus Institut para EnerPhit.
Desde el Departamento de Arquitectura de
Grupo Ayuso ayudan al arquitecto o ingeniero en la prescripción de los componentes de la ventana, su justificación técnica con informes y la definición de encuentros constructivos , entre otros.
En cualquier caso, el enfoque de la reforma debe ser siempre integral, dado que la sustitución de las ventanas de forma aislada puede tener como consecuencia, por ejemplo, la aparición de humedades por efecto de condensación, con origen en la no renovación del aire interior de la vivienda con porcentajes altos de humedad relativa, ya que hemos sustituido unas carpinterías permeables (recordemos, se consideran como clase 1) por unas estancas (clase 3 en correderas normalmente y clase 4 en practicables en la mayoría de los casos).