Las propiedades del hormigón armado se pueden ven afectadas por diversos agentes externos, como la creciente contaminación ambiental, la infiltración de gases y agua, así como el contacto con aguas subterráneas o suelos con elevados niveles de sulfatos.
En estos casos, se tiene que llevar a cabo la reparación del hormigón. La restauración del hormigón puede realizarse de diferentes maneras, como la adhesión estructural para el refuerzo de una estructura de hormigón existente.
Tipos: Los requisitos referentes a la identificación y las prestaciones, incluyendo la durabilidad y seguridad de los productos y sistemas que se utilizan como adhesión estructural para el refuerzo de una estructura de hormigón existente, se regulan por la EN 1504-4, que incluye tres tipos de sistemas de adhesión en función de los elementos a que vayan a unirse:
1. La adhesión de placas de acero o cualquier otro material con el propósito de reforzarlo
2. La adhesión de hormigón endurecido sobre hormigón endurecido, prefabricados de hormigón
3. La adhesión de hormigón fresco sobre hormigón endurecido
Aplicación: Los adhesivos estructurales son productos bicomponentes y predosificados a los cuales no se les debe añadir ningún tipo de agente externo —ni siquiera agua ni disolventes— para su mezclado, salvo por especificación del fabricante.
Para obtener el producto final se mezclará el componente A con el componente B hasta obtener de forma manual o mediante una batidora eléctrica a bajas revoluciones (< 500 r.p.m.) una masa homogénea. Se desaconseja realizar mezclas parciales del producto.
Una vez mezclados los dos componentes, se da una reacción química entre ambos y se inicia el tiempo de vida del producto (consúltese la ficha técnica de cada uno, pues puede variar según el fabricante). Es importante que, una vez transcurrido el tiempo indicado, no se utilice.
La aplicación de los adhesivos estructurales, ya sea para adherir placas sobre hormigón u hormigón sobre hormigón, se puede realizar mediante medios manuales (brocha, llana o rodillo) o mecánicos (pulverizado).
Una vez aplicado el producto, el elemento que vaya a unirse debe ser colocado dentro del tiempo de vida establecido por el fabricante para cada producto; normalmente este tiempo coincide con el periodo durante el cual el producto todavía está fresco al tacto (aproximadamente dos horas tras su mezclado), dependiendo de la formulación y la temperatura.