En España se registran anualmente aproximadamente 20.000 incendios en viviendas, una cifra que ha ido en aumento en los últimos años, evidenciando que es necesario implementar medidas eficaces en los edificios para una mayor protección de las personas y su entorno.
La
Asociación de Fabricantes Españoles de Lanas Minerales Aislantes (AFELMA) ha anunciado su integración en el
Observatorio de Nuevos Riesgos de Incendio , una iniciativa que agrupa a 12 entidades de los sectores de ingeniería, seguridad y edificación. Este observatorio tiene como objetivo principal solicitar al Gobierno una revisión de la normativa española sobre protección contra incendios, centrándose en las fachadas como una de las vías más rápidas de transmisión de incendios, para evitar que tragedias como la del edificio del barrio de Campanar en Valencia puedan repetirse.
"AFELMA lleva más de 40 años trabajando en la protección contra incendios en la edificación y asesorando a los poderes públicos para mejorar la normativa a través de proyectos y reformas. Al unir nuestras fuerzas con otras organizaciones, mostramos el consenso que existe con relación a la seguridad para lograr una mejora en la normativa sobre protección contra el fuego", señala el presidente de AFELMA,
Miguel Ángel Gallardo .
Las estadísticas muestran que 3 de cada 4 incendios ocurren en el interior de la vivienda. La velocidad de propagación de un incendio en un edificio está estrechamente relacionada con la cantidad de material combustible presente y su grado de combustibilidad. Los materiales aislantes juegan un papel crucial debido a su amplia presencia en la construcción (fachadas, cubiertas, tabiques), sus características diversas frente al fuego y la cantidad significativa que se utiliza en las obras. Elegir un material aislante adecuado es vital para la seguridad pasiva del edificio.
Cambios en el CTE Según AFELMA, el Código Técnico de la Edificación (CTE), específicamente en su documento básico DB-SI sobre Seguridad en caso de incendio, necesita incorporar nuevas exigencias como la del uso de componentes y productos no combustibles con mínima liberación de humo tóxico en edificios de gran altura, con personas con dificultades de evacuación o sin accesibilidad para los bomberos, donde es fundamental garantizar una lenta propagación del fuego. Esto implica exigir el uso de componentes y productos no combustibles con mínima liberación de humo tóxico.
"El citado Código debería corregir las lagunas e insuficiencias de la anterior normativa, promoviendo el uso de la clasificación europea (Euroclases) en todos los materiales y ser especialmente riguroso en la regulación de los materiales aislantes dada su presencia en múltiples aplicaciones en obra", afirma
Gallardo .
AFELMA también subraya la importancia de aprovechar los fondos Next Generation para la rehabilitación y protección contra incendios en edificios ya construidos. Proponen un enfoque estratégico e integral, utilizando estos recursos para mejorar la protección de las viviendas contra el fuego y fomentar que las comunidades autónomas y entidades locales amplíen sus objetivos de renovación con un enfoque en la seguridad contra incendios.