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    29 Oct '24

    Gira aporta el toque moderno en un piso madrileño de estilo industrial

    El proyecto GP21, de Arquid, combina la robustez del diseño industrial clásico con detalles de alta gama de Gira, fusionando el carácter neoyorkino y la sofisticación madrileña en un espacio cálido y funcional

    Imagina esas viejas naves de Brooklyn, con sus ladrillos desgastados y vigas expuestas, transportadas al Barrio de Salamanca en Madrid. Aunque se trata de dos distritos llenos de carácter, lo que los separa es mucho más que la distancia espacial. Sin embargo, esa estética tan neoyorkina de los 50, que alguna vez fue sinónimo de lo utilitario y funcional, se ha depurado en los últimos años para adaptarse a una nueva demanda: la de espacios habitables, modernos, pero con alma. El estilo industrial, que nació en fábricas y almacenes, ha encontrado su camino en las residencias más sofisticadas, con una clara evolución hacia la practicidad sin perder ese aire rebelde y desenfadado.

    Como ejemplo, este piso de 140 metros cuadrados en el céntrico barrio madrileño diseñado por el prestigioso estudio de arquitectura Arquid que se alinea con esa transformación: el estilo industrial ya no es solo un guiño a los espacios duros y fríos del pasado, sino una revalorización de los materiales originales, expuestos sin miedo pero equilibrados con elementos cálidos que suavizan el conjunto. Aquí, lo desnudo no es sinónimo de desprotegido, sino de honestidad visual.

    Espacios públicos que invitan a la convivencia

    Uno de los puntos clave en el diseño de GP21, nombre del proyecto, fue la integración de las zonas públicas como grandes protagonistas. La cocina, lejos de ser un espacio escondido, se convierte en el corazón de la vivienda. Expuesta como una pieza central, este espacio sirve para cocinar, por supuesto, pero también articula las relaciones sociales que tienen lugar en la casa. Las interacciones fluyen con naturalidad en torno a su mobiliario de acero inoxidable, que es tanto un homenaje a las cocinas industriales clásicas como un guiño moderno.

    La sala de estar, adyacente a la cocina y bañada en luz natural gracias a su extensión a lo largo de la fachada principal, continúa con esta narrativa. Aquí, los usos se concatenan: desde un rincón para la lectura hasta una zona de entretenimiento. Todo el espacio respira una atmósfera de flexibilidad y permite que cada mueble y cada detalle aporte su granito de arena en la creación de un espacio adaptable.

    Gira: un toque tan coherente como inesperado en las paredes

    En un entorno donde el minimalismo y la exposición de materiales brutos es clave, los pequeños detalles son los que realmente marcan la diferencia. Es aquí donde los interruptores Gira Studio juegan un papel esencial. Montados en la superficie, en cristal negro, estos interruptores no intentan esconderse. Al contrario, se presentan como auténticos elementos de diseño, casi esculturales, que se integran a la perfección con las paredes de ladrillo visto. Sus líneas geométricas y el acabado en cristal aportan un toque elegante e inesperado en un espacio dominado por la rusticidad.

    El contraste entre lo antiguo y lo nuevo se equilibra perfectamente. Mientras los radiadores de hierro fundido, pintados en negro mate, evocan un Madrid de tiempos pasados, los interruptores y enchufes de Gira se presentan como guiños contemporáneos, recordándonos que el estilo industrial también puede ser funcional y, al mismo tiempo, estéticamente impecable. En los baños, estos interruptores pasan a un segundo plano, integrándose con las paredes de hormigón y baldosas coloridas, pero sin perder su capacidad de llamar la atención sutilmente.

    La magia está en los detalles

    Si bien el concepto de "menos es más" sigue siendo un mantra en este tipo de proyectos, GP21 subraya la importancia que cada pieza debe estar cuidadosamente elegida. Desde las estanterías modulares en acero negro mate hasta los suelos de madera oscura, todo responde a una planificación detallada que no deja nada al azar. Las paredes de ladrillo expuesto, restauradas con esmero por el equipo de Arquid, son una oda al pasado, pero al mismo tiempo dialogan con los elementos modernos que visten la casa.

    El resultado es un espacio que celebra la historia de sus materiales, pero que no teme mirar hacia el futuro. La interacción entre lo crudo y lo refinado, entre lo frío del metal y lo cálido de la madera, hacen de esta vivienda un ejemplo perfecto de cómo el estilo industrial se ha transformado, depurado y actualizado para adaptarse a las necesidades actuales sin perder su esencia. No tiene por qué ser frío ni impersonal. En manos expertas como las de Arquid, puede ser acogedor, sofisticado y lleno de vida.
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