REGUSA se ha convertido en la primera empresa en obtener la certificación "
Gestor Residuo Cero " de AENOR. El director de Evaluación de la Conformidad de AENOR,
David de Pastors , ha hecho entrega del certificado a la CEO de REGUSA Recycling & Recovery,
Helena González , acreditando así que
REGUSA puede garantizar que, al menos, el 90% de los residuos gestionados en sus plantas no terminan en el vertedero : un hito empresarial que abre nuevos caminos hacia la sostenibilidad y la economía circular.
Gracias a un minucioso proceso de trazabilidad y un detallado control de flujo de trabajo con proveedores y clientes,
REGUSA puede trazar la vida del residuo desde su generación hasta su destino final .
De esta manera
es posible seguir al detalle el recorrido de un residuo generado en cualquiera de las industrias, compañías o plataformas logísticas con las que REGUSA opera diariamente , gestionando la totalidad de sus residuos, de forma que se transforman para la reconversión nuevamente en materias primas. Todas estas fases quedan totalmente reflejadas y trasparentemente trazadas, completando de esta manera el círculo virtuoso de la economía circular desde la producción del residuo hasta su conversión en nueva materia prima.
Enfoque residuo cero: plan de crecimiento La certificación AENOR Gestor Residuo Cero es parte del ambicioso e innovador plan 'ENFOQUE RESIDUO CERO' , mediante el cual REGUSA se propone alcanzar la excelencia en sus procesos y servicios para conseguir la ecoeficiencia empresarial, garantizando así la sostenibilidad empresarial y reduciendo su impacto medioambiental. Es fundamental abordar la gestión de los residuos de forma estratégica, no económica, con decisiones tomadas desde dirección y permeables al resto de la compañía, teniendo bien claro que los residuos son fuente de recursos para nuestra economía. Además de contar con las
certificaciones ISO 9001, ISO 14001, AENOR Gestor Residuo Cero y el Cálculo de la Huella de Carbono, REGUSA ha conseguido también la certificación ISO 45001:2018 , de sistemas de gestión de la seguridad y salud en el trabajo, reafirmando su firme compromiso con las personas.
Alcance En el proceso de certificación, que analiza un histórico de, al menos, 6 meses y se aplica a unas determinadas fracciones de residuos (según la nomenclatura internacional de códigos LER), se han tenido que revisar todas las entradas y salidas de residuos en planta, aproximadamente 30.000 toneladas/año y, por otro lado, "medir y calibrar los balances de masa de las diferentes fracciones" y los movimientos de residuos entre plantas.
La certificación abarca todos los departamentos de la organización, clientes y proveedores, analizando la labor de todos los trabajadores de la empresa: desde el operario que clasifica y separa en planta los residuos para su posterior valorización, hasta el personal administrativo, logística y, finalmente, el responsable de SGI del departamento de calidad, medioambiente y PRL.
Un proceso detallado y minucioso que nos permite conocer a fondo el ciclo de vida de un residuo y monitorizarlo hasta su transformación en recurso.